Actitudes y ejercicios para preparar la Pascua sugeridas por el obispo auxiliar de Belo Horizonte
Los católicos necesitamos actitudes expresivas para disponernos a vivir según la Pascua, para llegar a la fiesta de la resurrección “con el corazón más fraterno y libre”, pues “a lo largo del camino cuaresmal, el cristiano va acogiendo la liberación ya ofrecida por Cristo en la cruz”.
Lo recuerda el obispo auxiliar de la diócesis brasileña de Belo Horizonte, monseñor João Justino de Medeiros, en un artículo que sugiere varias actitudes para preparar la Pascua, del que se hace eco Gaudium Press en este punto intermedio de la Cuaresma, propicio para evaluar y tomar nuevas fuerzas.
En primer lugar, el obispo recuerda las tres actitudes básicas de la Cuaresma, inspiradas en el Evangelio: la limosna, la oración y el ayuno.
Respecto a la actitud de «dar limosna«, destaca que es crear espacio de libertad consigo mismo y ser capaz de ofrecer al otro algo mío, ejercitando la solidaridad.
En segundo lugar, «orar” es colocarse delante de Dios, reconocer la propia condición humana y depositar en él toda la esperanza.
Y «ayunar«, añade, es ejercitar la libertad interior en comunión con los que tienen hambre y experimentar el vacío que el ayuno trae, que nos incomoda y nos hace pensar, más allá de desafiarnos a revisar el estilo de vida que llevamos, en busca de un cambio.
Además, según el obispo, existen otras formas para vivir este tiempo cuaresmal, considerando los tiempos actuales y la vida movida en la mayoría de las ciudades.
«Silenciarse«, el primero de ellos: es «cuando la persona abre espacio para la escucha más profunda de sí mismo –indica-. Ahí Dios habla».
«Peregrinar«, continua, «es recorrer un camino, con dirección, dejando que el propio camino hable a través de lo que es nuevo, de las sorpresas, de lo inusitado».
También señala la importancia de «reconciliarse«, a través de la limosna, de la oración y del ayuno, que nos ayudan a percibir «la necesidad de reconciliarse consigo mismo, con el otro, con Dios».
El encuentro con el otro o con otras realidades sociales sensibiliza el corazón humano, añade, sugiriendo «visitar»: el «corazón de la persona se renueva cuando ella se permite ser tocado por el otro», añade, proponiendo también visitar una persona enferma o incluso una persona anciana que vive solita.
La última sugerencia de monseñor Justino para esta Cuaresma es «estar en familia«, lo cual significa proporcionarnos «un momento que ayude a recuperar el encuentro y el diálogo de los miembros de la familia».
«Otros ejercicios podrán ser descubiertos –concluye-. Para ser cuaresmales deben contar con el deseo y el empeño de acoger en su corazón a Jesucristo, palabra viva del Padre, la verdad que libera».