Entrevista a la biógrafa del Papa que vivió una revolución en su propia vida
Un sacerdote de esos que conoce de Jorge Bergoglio más de lo que se ha escrito y se escribirá me contaba hace unos días de un extraño fenómeno iniciado hace un año y que recién ahora empieza a mermar: la inusual caravana de periodistas de todo el mundo que llegan al colegio Máximo, en San Miguel, para absorber todo lo que se les diga del Papa nacido en la Argentina y luego transcribirlo, acomodarlo, en algunos casos traducirlo, y publicarlo velozmente en formato de libro. Otros ni siquiera se han tomado la molestia, pues internet rápidamente se llenó de anécdotas susceptibles de lindas y en algunos casos fanáticas interpretaciones, que también fácilmente llegaron a las librerías. No abundan entre los libros sobre el Papa casos en los que el autor se dedique a escuchar, pensar, conectar, verificar, y recién después, escribir sobre quién fue, es, y probablemente será, Francisco. De entre los que lo han logrado, y de los pocos que aquellos que conocen a Bergoglio desde hace décadas se animan a recomendar, se destaca sin duda Francisco. Vida y revolución de la periodista argentina Elisabetta Piqué, del diario La Nación.
− Una corresponsal argentina en Roma que conocía en persona al elegido Papa tardó nueve meses en publicar su libro de él. ¿Por qué la espera?
En realidad todavía me pregunto cómo hice para hacer el libro tan rápido: me lo pidieron el 14 de marzo, un día después de la elección y lo hice sin nunca dejar de trabajar como corresponsal, con una mole de trabajo que se triplicó. Por otra parte, creo que hay que destacar que mi libro no es un “instant book”, es decir, no fue hecho a las corridas, sino que hay una investigación detrás muy rigurosa… No es fácil tampoco coordinar a un equipo de investigación de tres excelentes periodistas, a la distancia, desde Roma. Creo que logré hacer un libro, considerado la biografía más completa y fidedigna del Papa, en tiempo récord.
Sin duda, el período en el que Piqué logra aportar páginas y páginas de información periodística, pero que por momentos tienen la agilidad de otro tipo de obra literaria, son los años de Bergoglio justamente en el Máximo. Es un período rico en obras realizadas por el superior jesuita y luego rector del Colegio, en el que se van observando, a partir de la investigación de Piqué, rasgos del actual Pontífice.
− Recolectaste más de cien testimonios de gente que lo conoció muy bien a Francisco. ¿Cuáles son las mayores sorpresas que te llevaste de él?
Fueron muchas, pero la que más me impactó fue descubrir que cuando fue rector del Colegio Máximo de San Miguel, al margen de eso, no sólo se ocupaba de la catequesis de los chicos que vivían en las barriadas de la zona, sino también de sus campeonatos de fútbol e incluso les organizaba campamentos de verano a Chapadmalal (N de R: ciudad de la costa atlántica argentina). Me impactó entrevistar gente que me contó que “gracias al padre Jorge” había conocido el mar o que “gracias al padre Jorge” todos los Días del Niño sabía que tenía en lo de los jesuitas asegurado un regalo y una taza de chocolate caliente.
− El libro presenta tres etapas: el Bergoglio jesuita, el Bergoglio Obispo, y el Bergoglio Papa. ¿Qué cosas ves que el Papa ha mantenido? ¿Se puede observar algún cambio en él?
Creo que es evidente que ha mantenido esa opción por los pobres, por los últimos, que se ve desde que decide ser cura, el sentido del humor, la capacidad de gobierno, la austeridad, la importancia de la oración, la valentía a la hora de tomar decisiones, la libertad. Por otro lado, se ven cambios: hay una transformación desde la elección: se lo ve rejuvenecido, con energía, más mediático, más sonriente y transmite esa paz que, evidentemente, siente al estar convencido de que Dios ha querido que él estuviera donde está ahora.
− Como superior jesuita y como Arzobispo tuvo que enfrentar algunos problemas, que presentas en tu libro. ¿Ves alguna relación con los que busca enfrentar ahora que es Papa?
Creo que así como tuvo que enfrentar varios desafíos y situaciones difíciles durante su vida, le ha tocado agarrar el timón de una Iglesia católica en un momento de crisis, y en este sentido su experiencia ante la adversidad le sirve ahora para enfrentar los desafíos enormes que tiene como Papa, un Papa que quiere renovar la Iglesia y reconciliarla con el mundo moderno.
El nombre de Piqué se inscribe en la lista de aquellos que han logrado lo que muchos aspirantes a periodistas sueñan con ser: corresponsal de guerra. Tras su experiencia en Irak y Afganistán, relatada en primera persona en el también recomendable Diario de Guerra, acompañó cubriendo para el tradicional diario argentino los últimos años de Juan Pablo II y llegó a ser referente, durante los funerales y el cónclave de 2005, de la recordada cobertura de la CNN en Español.
− Es evidente que el periodismo ha tenido un cambio con Francisco; hay una sorpresa en el periodismo generalista que escribe más y con más detalle del Papa y sus mensajes. ¿Sentís que cambiaste con Francisco? ¿Te obliga a algún cambio su estilo?
Seguramente para mí mucho ha cambiado. Antes de Francisco solía ser corresponsal “itinerante”, cubrir, además del Vaticano, guerras (Afganistán, Irak, Medio Oriente, la Primavera árabe) y otros eventos, pero desde su elección, a la fuerza me fui transformando en “vaticanista”: sigo todo el tiempo al Papa, lo que hace, lo que dice y tengo el triple de trabajo porque todos los días Francisco nos da sorpresas y es noticia…
− Me parece que el pasaporte a relatar las crónicas del Vaticano fue por mucho tiempo saber hablar italiano…¿Ahora es saber "argentino"? Me imagino cuánto te habrán consultado los periodistas extranjeros los primeros días…¿Sigue siendo así o ya conocen al Papa?
Te diría que sigue habiendo muchas consultas porque, bien o mal, es un Papa que, con su originalidad e informalidad ha roto los esquemas y que sigue descolocando a muchos vaticanistas, acostumbrados a que todo fuera mucho más previsible. En cambio ahora nadie sabe lo que depara el día de mañana…. Muchos periodistas me llaman, además, para preguntarme qué quiso decir el Papa en tal o cual oportunidad, incluso los españoles, porque a veces usa expresiones porteñas o “bergoglismos”… Además, luego de hacer el libro, también me convertí en su “biógrafa”, por lo que también me llaman para intervenir en seminarios y debates… Es decir, una revolución también en mi vida…