Los gestos del Papa Francisco ganaron repercusión en las primeras redes de comunicación del mundo. Acciones simples, comunes, algunas quiebras de protocolo, la proximidad del pueblo y la sonrisa fácil del pontífice garantizaron su popularidad en este primer año de pontificado. Conferida por la Aleteia la lista elaborada de las cinco actitudes que marcaron el inicio de la misión de Francisco como pontífice de la Iglesia.
Llamadas telefónicas
Del jornalero de Buenos Aires a una joven que pensaba abortar a su hijo: fueron muchas las historias de las llamadas telefónicas del Papa Francisco durante este año. Una de estas llamadas no atendida, el Papa dejó el mensaje en la grabadora de un convento carmelita. “Habla el Papa Francisco. Yo quería felicitarles por el fin de año. Intentaré hablar nuevamente después. Que Dios les bendiga”. En otra, invitó a un sacerdote para que lo confesara en el Vaticano. Y quedó alrededor de diez minutos conversando con un joven italiano. Muchas de las llamadas inesperadas eran respuestas directas a cartas recibidas.
En una entrevista al periódico italiano el Corriere della Sera, el Papa Francisco dijo que muchas veces las personas no creen que él es quien está al teléfono. Reveló que en Buenos Aires era más sencillo llamar a las personas, y eso se volvió un hábito, un servicio, pero no es tan fácil hoy continuar llamando a las personas que le envían cartas como en aquel tiempo.
Quiebras de protocolo
Luego de ser elegido, el Papa Francisco mostró su sencillez. Decidió vivir en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano, en vez de quedarse en la casa pontificia preparada para recibirlo.
Tampoco quiso usar el anillo de Pescador hecho en oro; en vez de eso, él usa uno de plata, más discreto. Sus zapatos negros ya un poco viejos, la ropa negra por debajo de la sotana blanca, el carro con la ventana abierta: todos estos detalles muestran la coherencia del modo de ser de Francisco.
“El Papa es un hombre que ríe, llora, duerme tranquilo y tiene amigos como todos. Una persona normal”, comentó el pontífice.
Buen humor
La sonrisa en los labios es una de las características marcadas de Francisco. Como su buen humor, el Papa ha sabido salir muy bien de las situaciones generalmente tensas. En una entrevista durante la última JMJ en Río de Janeiro, dijo: “Lo tenemos bien, el Papa es argentino y Dios es brasileño”. Y a los habitantes de Varginha, les habló sobre el compartir, afirmando que siempre es posible “poner más agua a los frijoles”.
En otra ocasión, durante un almuerzo con los cardenales después de su elección en el cónclave, brindó con los purpurados diciendo: “Que Dios los perdone por lo que acaban de hacer”. También demostró buen humor en sus discursos y homilías, independientemente del público al que se dirigía.
Opción preferencial por los pobres
En su primera Semana Santa como pontífice, Francisco lavó los pies de jóvenes reclusos, incluidas algunas mujeres. La ceremonia – cerrada y sin transmisión del Centro Televisivo Vaticano – contó con la participación de más de 50 reclusos.
“Eso es un símbolo y un gesto: lavar los pies quiere decir que estoy al servicio de los demás”, dijo durante la misa. En este año, el Papa también invitó a 200 vagabundos a una cena en los Jardines Vaticanos y celebró su aniversario con otros tres, uno de ellos acompañado de su perro, en un almuerzo particular.
Los besos del Papa
Una de las imágenes más significativas de este primer año de pontificado fue el beso que el Papa le dio a un hombre que quedó con el rostro desfigurado después de haber sido tiroteado en la frente. Otro momento inolvidable fue su abrazo y beso a un hombre deformado por la neurofibromatosis. Sin preocuparse por la enfermedad o el grado de la misma, Francisco acogió, acarició y confortó al enfermo. La imagen impactó al mundo y fue comparada por algunos al beso de San Francisco a un leproso.
Estos gestos de proximidad y acogida demostrados por el Papa tocan el corazón de los miles de peregrinos que se reúnen cada semana a su alrededor, en la esperanza de tocarlo, abrazarlo o recibir un beso suyo. Los niños están en la lista de los privilegiados.
Durante sus audiencias públicas de los miércoles, el pontífice acaricia y besa a todas las personas a las que se aproxima. “Para mí, es Dios que nos toca. Si un sacerdote normal ya nos emociona, ¡imagine el Papa!”, contó a Aleteia, conteniendo las lágrimas, Gabriela Pérez, tía de Marcos, el niño de apenas un año que fue besado por Francisco en una de las audiencias generales.
Hoy celebramos a...