Clericus Cup, homenaje a Francisco en su primer año de Pontificado. La liga de fútbol del Vaticano reúne a 358 atletas de 60 paísesFoto. El Papa Francisco recibe la copa del triunfo de su equipo favorito, el San Lorenzo, en plaza San Pedro después de la audiencia del 18 de diciembre 2013. No es un secreto que Papa Francisco es un apasionado de Fútbol. (Archivo AP).
En Roma se estrenó en “nombre de Francisco” la 8º edición de la Clericus Cup. Los jugadores llevarán en el pecho la frase marcada en la camiseta: “Francisco es mi capitán” en homenaje al primer año de pontíficado. El evento está patrocinado por el Pontificio Consejo de la Cultura y el Pontificio Consejo para los Laicos.
Aleteia entrevistó a padre Alessio Albertini, asesor eclesiástico del Centro Deportivo Italiano (CDI) que acoge la Clericus Cup, el torneo de fútbol de los seminaristas y religiosos que estudian o residen en la ciudad eterna. Albertini asesora espiritualmente el torneo y además hace de puente entre el CDI, la Conferencia Episcopal Italiana y la Ciudad del Vaticano.
Albertini aseguró que esta manifestación deportiva también hace parte de la formación integral de los sacerdotes y seminaristas que probando la alegría del deporte la pueden compartir con los jóvenes. Una evangelización práctica y divertida a través del fútbol. “El deporte debe volver a ser una fiesta” dijo. Además considera que “pocas experiencias como el deporte saben unir tanta diversidad”. De hecho, en campo juegan 358 atletas de 60 diversos países.
«Queremos decir a los seminaristas, a los sacerdotes a través de este torneo: llévate este tesoro y ahora compártelo con los demás» Padre Alessio Albertini asesor eclesiástico de la Clericus Cup.
¿Qué significado tiene esta manifestación deportiva en Roma; el epicentro de la catolicidad?
Alessio Albertini (A.A) «La Clericus Cup nace con el deseo de animar y promover la actividad deportiva de las personas que debido a su ministerio se preparan a vivir en medio a los jóvenes para los cuales el deporte tiene una gran importancia. No se puede olvidar que en estos tiempos de crisis educativa, el mundo del deporte acoge tantos jóvenes. El deporte es una bonita ocasión para acercarse y hacer crecer a las nuevas generaciones. Queremos decir a los seminaristas, a los sacerdotes a través de este torneo: llévate este tesoro que haz experimentado en la cancha lleno de amistad, lealtad, respeto hacia los demás, alegría, fiesta…y ahora compártelo con los demás».
La Iglesia acompaña a los creyentes en todo momento, también en su tiempo libre. Entonces, ¿Qué valores específicos busca transmitir esta manifestación deportiva?
A.A «El deporte se presenta como un grande baúl de valores. En esta perspectiva, me gusta pensar a la parábola del “tesoro en el campo”. Por su capacidad de involucrar, apasionar y traer al encuentro, el deporte es un verdadero laboratorio para aprender a perseverar, aceptando también los propios limites, considerando que la victoria no lo es todo. Es también el encuentro e integración de historias, culturas y esperanzas diversas. Creo que pocas experiencias como el deporte saben unir tanta diversidad. El deporte exalta la belleza humana, más allá de la curiosidad de que jueguen sacerdotes, donde está el hombre, la Iglesia no puede sustraerse a hacer presencia».
¿Cuales son los riesgos que tiene el deporte de representar lo opuesto al juego limpio, el juego de equipo y el juego como celebración de la comunidad?
A.A «El modelo deportivo que hoy parece tener mayor acogida, mediado por el deporte de vértice y narrado por los medios de comunicación, es el que celebra con extreches la victoria del individuo, la consecuencia es el menosprecio hacia los demás. Esta visión corre el riesgo de celebrar exclusivamente la victoria, sobre todo aquella a cualquier precio y encontrando siempre en la derrota una razón de frustración y rabia. El deporte en cambio, debe volver a ser una fiesta. Celebrar que haz tenido la posibilidad de participar; porque te han ofrecido una amistad inesperada; y finalmente porque un cuerpo que se mueve es la celebración de la vida. Como dice Jesús en el Evangelio: he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia».
Jugadores representantes de los cinco continentes.
Italia cuenta 42 deportistas, casi todos pertenecientes a dos seminarios diocesanos romanos, Redemptoris Mater e Seminario Romano Maggiore. México es el país con la segunda mayor cuota de representantes: 33. Brasil que este año cuenta ganar el mundial pero también tener el orgullo carioca del alzar la copa de la liga del Papa, cuenta con 22 atletas. Sucesivamente, EEUU y España tienen 20 jugadores. Colombia, Zambia, Nigeria, Paraguay y Croacia tienen una representación consistente. También, cuenta con representantes: Australia, India, Pakistán, Timor de Este, Ucrania, Escocia y Botsuana.