Investigación liderada por el profesor Giulio Fanti parece desmentir las dataciones anteriores
La Síndone nunca deja de sorprender. El profesor Giulio Fanti, especialista italiano de renombre mundial en estudios sobre la Sábana de Turín, acaba de publicar un volumen cuyo título es bastante provocativo: "La Sábana Santa: primer siglo después de Cristo". Liderado por él, un equipo de la Universidad de Padua realizó experimentos de datación de la Síndone con base en análisis mecánica y optoquímica y los resultados son sorprendentes.
Presentamos a continuación una conversación con Fanti.
– En 1988, con gran repercusión, la datación que utilizó el carbono 14 concluyó que la Síndone era de la época medieval. ¿Qué dicen sus estudios sobre esto?
Los resultados de nuestros análisis determinaron que es razonable datar la Síndone en el siglo I d.C., la época en que Jesús de Nazaret vivió en Palestina. El trabajo que hicimos produjo resultados compatibles entre sí, indicando una data en torno al 33 a.C., con una incerteza de más o menos 250 años. Quiero recordar que estos análisis son científicos y no pretenden tener la última palabra, pero llegamos a esas conclusiones usando tres métodos independientes que dan resultados coherentes entre sí. Estamos esperando las reacciones del mundo científico, que, por ahora, parecen positivas.
– En 1988, entonces, ¿qué produjo el error?
Una importante revista de estadística publicó un estudio reciente que muestra que los resultados de 1988 se vieron afectados por un error sistemático, debido a un probable efecto ambiental. La fecha encontrada no tiene sentido científicamente. Existen también estudios de otros tipos que indican que la Síndone no puede ser considerado medieval, que ya era conocida en tiempos antiguos. Son investigaciones numismáticas sobre los rostros de Cristo retratados en monedas antiguas. Esos estudios indicaron que las primeras monedas acuñadas con la faz de Cristo por el Emperador Justiniano II, a partir del 692 d.C., deben haber usado la Síndone como modelo de referencia. Esto habría tenido lugar seis siglos antes de la datación apuntada por el carbono 14.
– Datación aparte, la imagen del hombre de la Síndone sigue siendo un misterio.
La ciencia ha mostrado que la imagen corpórea de la Sábana no es reproducible ni siquiera hoy en día con todas sus características macroscópicas y microscópicas, que son particularísimas. Cuando se consigue hacer algo aceptable desde el punto de vista macroscópico, no se consigue satisfacer una serie de características microscópicas, y viceversa. Lo que hoy podemos suponer razonablemente es que la imagen del Hombre de la Síndone se formó a partir de una notable explosión de energía, que procedía de dentro del cuerpo envuelto en ella.
– Esta "explosión" sería la resurrección de Cristo narrada en los Evangelios?
Desde el punto de vista científico, es muy complejo establecer las causas que pueden haber determinado el efecto de la imagen de la Sábana. Recientemente, alguien habló de un terremoto. El fenómeno de la resurrección podría resolver ese dilema. Tenemos que tener en cuenta que la sangre humana que está en el tejido de lino no tiene el menor vestigio de manchas, que habrían surgido si el cadáver que estaba envuelto en él hubiera sido removido físicamente. Lo que podemos pensar es que el hombre salió del lino después de volverse mecánicamente transparente.
– ¿Pero el hombre de la Síndone es realmente Jesús de Nazaret?
Los estudios científicos hasta hoy no han dado respuestas concluyentes sobre la identidad del hombre que fue envuelto en la Sábana. La ciencia humana tiene que admitir sus límites, pero la ciencia admite la fe y viceversa. Desde esta perspectiva, considerando que los Evangelios confirman todo lo que puede ser observado en el Lienzo y que añaden más informaciones sobre lo que sucedió en ese domingo de Pascua, no es difícil pensar que ese hombre es Jesucristo, resucitado de entre los muertos.