Francisco es el Papa de todos, pero en especial de aquellos que aún no llegan , que están en camino, y que tienen un lugar que los espera para ir todos juntos al cielo de Jesús…Ella sólo sabe de sufrimientos pero no deja de sonreír jamás. Son muchos sus ochenta y tantos años , que se le metieron en los huesos, en las uñas, en las arrugas de la cara.
La mesita debe tener casi un metro y cuatro sillas destartaladas la custodian. En una punta de la mesa la foto del papa Francisco y una vela encendida.
En otros tiempos hubiera intentado explicarle, ahora he aprendido a explicar menos y respetar, sólo eso. Como si adivinara mis pensamientos me salió al cruce: “Nena yo sólo adoro a Dios, pero le ruego que lo cuide, a Francisco, es la esperanza de muchos de poder entrar”
No dije nada. Le devolví la sonrisa y seguí tomando mates. De a ratos ojeaba la foto, comprada en la calle a algún mantero y ahora medio sepia por el humo de las velas.
Al rato pensé:
Francisco, va a ser recordado como el Papa de los pobres, ni mejor ni peor que otros Papas, sólo el Papa de los pobres:
de los que tenemos el frío, el hambre y el miedo metido en los huesos,
de los que dejamos un foquito encendido porque tenemos que lidiar a diario con pesadillas,
de los fuimos excluidos de una sociedad que deja fuera a los más débiles, a los más necesitados, a los más sufridos y sufrientes,
de los que hemos gritado en silencio clamando a Dios poder aunque sea susurrar lo que pensamos,
de los que hemos padecido ser nadies en un mundo de alguienes de nombre y apellido,
de los que hemos sido prostitutas, adictos, transas, ladrones, esos que Jesús salió a buscar y prometió un cielo,
de los que siguen sufriendo golpes, torturas, odio y muerte,
de los que fuimos abusados, desterrados y callados para que nuestro dolor no avergonzara a una sociedad que se corrompe por moneda,
de los que decidimos cambiar el mundo para que todos podamos caber en él con una vida digna,
de los que rezamos y de los que no rezan pero esperan donde la esperanza es apenas un destello entre tanta oscuridad,
de los que rogamos y pedimos un aventón cuando la cruz se hace insoportable,
de los que reconocemos que somos pecadores, pero que Confiamos en el amor de Jesús y su promesa de vida eterna,
de los que creemos que Dios está, nos acompaña, nos ama y no quiere tanta injusticia,
de los que a pesar de tanta prueba no culpamos a Dios por lo que el mundo nos hace
de los que hemos tenido escasas oportunidades o posibilidades, y nos aferramos a ellas con garra y uñas,
de los que a veces lidiamos con un pasado que nos condena, con un presente que valoramos y con un futuro que esperamos sea mejor,
de los que creemos que después de la muerte nos espera Jesús, un Jesús que es amor y nos espera en ese amor…
de los que intentamos no dañar, aunque nos hayan hecho tanto daño,
de los que prometemos no rendirnos, aunque a veces quisiéramos sentarnos y ya,
de los que creemos que todos cabemos en los templos de Jesús, los que están desde siempre , los que llegamos después y los que faltan llegar,
de los que creemos que Francisco es el Papa de los pobres, detrás de las huellas del Pobrecito de Asís,
sirviendo, consolando, secando lágrimas, abrazando, arrodillándose , recibiendo, sonriendo a aquellos que de manera impensada podríamos acercarnos a un Papa.
Francisco es el Papa de todos, pero en especial de aquellos que aún no llegan , que están en camino, y que tienen un lugar que los espera para ir todos juntos al cielo de Jesús…