​¿80.000 subsaharianos esperando cruzar la frontera española?

El ministro del Interior de España declara que actualmente 40.000 inmigrantes en Marruecos y otros 40.000 en Mauritania esperan poder entrar a Europa
En Marruecos hay actualmente unos 40.000 inmigrantes, la mayoría subsaharianos, esperando a poder entrar en España y otros 40.000 están en Mauritania con la misma intención, declaró el ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz este martes 4 de marzo.
 
Estas cifras las ha facilitado el ministro del Interior de Marruecos y han sido corroboradas por los servicios de inteligencia españoles, según Fernández Díaz, quien declaró que “España es un país solidario”.
 
Suponen un ascenso respecto a unas proporcionadas por el mismo ministro unos días atrás, que situaban en 30.000 los inmigrantes que esperaban en Marruecos a cruzar la frontera española.
 
Este miércoles 5 de marzo, Fernández Díaz realizó su primera visita a Ceuta tras la tragedia del 6 de febrero en la que fallecieron quince subsaharianos en la frontera ceutí del Tarajal, y un día después de que 1.500 personas intentaran saltar el vallado del perímetro fronterizo en esa ciudad.
 
Durante esta visita, el ministro anunció en rueda de prensa diversas medidas de refuerzo de la seguridad en la zona, entre ellas la instalación de una malla “antitrepa” en el vallado fronterizo de Ceuta y de Melilla, informó la cadena COPE.
 
Respecto a las polémicas concertinas, el ministro explicó que “no las colocó el actual Gobierno pero no son agresivas sino disuasorias y son un elemento pasivo que tampoco es ilegal”.
 
"La frontera tiene que ser cada vez más segura porque es un deber irrenunciable porque España tiene el derecho y el deber de controlar sus fronteras y esperamos seguir haciéndolo con un compromiso renovado de la Unión Europea", declaró.
 
El portavoz de los obispos españoles, José María Gil Tamayo, reconocía el pasado 20 de febrero la necesidad de un control de la inmigración, pero también de una salida a la situación dramática que arranca de los países de origen.
 
"Hay un derecho a la vigilancia en la frontera, pero entre todos tenemos que buscar formas en las que sea posible vivir esa regularización con el respeto absoluto a la integridad física de las personas –declaró el sacerdote-. Ese es un deber de humanidad".