En Malí, cerca de 136 mil niños sufren de desnutrición aguda grave, una patología que registra una alta tasa de mortalidad, y otros 360.000 sufren de malnutrición moderada. Según los últimos datos recogidos por el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas, si no reciben una nutrición adecuada en el curso del 2014 en el país africano podrían morir de hambre alrededor de 50 mil niños.
Para prevenir y limitar esta tragedia humanitaria, se ha presentado recientemente un plan de Asistencia de las Naciones Unidas, que prevé la distribución de un concentrado de alimentos nutritivos que reanimen a un niño desnutrido con rapidez y eficacia. El objetivo del plan es mejorar el acceso humanitario a los servicios sociales básicos de salud, educación, nutrición, higiene. También está previsto un aumento de las actividades que tutelen a los grupos más vulnerables, como los desplazados internos, las comunidades de acogida, los repatriados, así como limitar las consecuencias de la crisis alimentaria a través de la agricultura.
En total, más de 3 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria, sobre todo en el norte del país, a causa del conflicto interno y la ocupación de la zona por parte de grupos armados irregulares. El conflicto ha provocado el desplazamiento de más de medio millón de personas, tanto dentro como hacia los países vecinos, expandiendo la crisis al centro y al sur de Malí
Artículo publicado originalmente por Agencia Fides
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