Católicos y protestantes: Manual para conocernos mejor (8)
Te menciono ahora un tema en el que algunos protestantes coinciden con otras personas, a mi entender, con poca formación cultural, a quienes parece ostentosa la riqueza artística del Vaticano.
En el siglo IV, después de que el Emperador Constantino concediera la libertad a los cristianos, se comenzó a edificar al pie de la Colina Vaticana, lo que luego sería la Basílica de San Pedro, pues allí reposan los restos del Apóstol.
A lo largo de los siglos, y especialmente durante el Renacimiento, el Vaticano se convirtió en uno de los más importantes centros culturales del mundo. En arquitectura destacan la Basílica de San Pedro, la Capilla Sixtina, los museos y la biblioteca. La historia del Vaticano está metida en la historia de occidente. Actualmente es uno de los lugares más visitados diariamente por peregrinos y turistas de todos los países.
Los cristianos estamos orgullosos de que nuestra sede central sea uno de los lugares más bellos del mundo y de que la casa de Dios más representativa para la humanidad sea digna de admiración y respeto. La Iglesia Católica oficialmente, y a través de sus muchas instituciones, a lo largo de la historia ha realizado, y actualmente en muchos lugares realiza una labor social y de beneficiencia enorme a favor de los más necesitados. La Iglesia tiene entre sus objetivos contribuir a eliminar la desigualdad, la pobreza, la miseria, el analfabetismo, y favorecer la vida, la salud, la educación y derechos de los más débiles.
Pero ya te puedes imaginar Felipe, que hay que ser muy inculto para afirmar que habría que eliminar todos los museos y maravillas del mundo para resolver esos graves problemas; cuantitativamente con esos patrimonios universales no se llegaría a resolver ninguno de esos problemas y cualitativamente sería privar a la humanidad de una de sus grandes conquistas: la belleza de la arquitectura, pintura, escultura, libros, música… que ha costado siglos reunir y que es el legado y patrimonio histórico de nuestros predecesores para nosotros y nuestros sucesores.
Todas estas bellezas artísticas del Vaticano, así como la riqueza espiritual que la sustenta, son patrimonio de la humanidad: de ricos y pobres.