Los obispos católicos siguen llamando a mantener el tono pacífico de la protesta
Gran tensión se mantiene en las calles de Caracas en medio de las concentraciones convocadas, tanto por el grupo político Voluntad Popular liderado por Leopoldo López, como por el sector oficialista. López se entregó hace horas a un piquete de la Guardia Nacional, que lo escoltó más allá de las barreras de seguridad militares.
Hasta ahora, todo se ha cumplido tal y como estaba previsto y de manera pacífica. Grandes contingentes se mantienen en la calle. El conglomerado oficialista se trasladó a las afueras del Palacio de Miraflores y dicen que permanecerán en vigilia "para defender al gobierno y a la revolución". Algunos rumores aseguran que los opositores se mantendrán en la calle hasta que Maduro salga del poder. Lo cierto es que la tensión se puede cortar con un cuchillo.
Las empresas y centros de estudio han suspendido sus actividades y evacuado a los empleados hacia sus casas, en previsión de disturbios para horas de la tarde y/o la noche de hoy. El transporte colectivo trabaja a media máquina, accesos a calles conflictivas han sido bloqueados, profusión de cuerpos policiales y contingentes militares en cada rincón de la ciudad, además de varias estaciones del Metro cerradas. En la Cota Mil, autopista que da la vuelta a la ciudad de este a oeste, borde norte de la capital circundando la falda del Cerro Avila, se pueden ver numerosos efectivos antimotines, presumiblemente a la espera de ordenes para bajar en caso de desborde de la situación.
La Ministra de la Defensa, uniformada de campaña, se hizo presente en el acto oficialista y arengó a la multitud en tono mitinero con un hashtag #rodillaentierraconMaduro al pie de la pantalla del canal del Estado. Allí advirtió, como los más calificados voceros del gobierno lo han hecho en los últimos días y horas, acerca de las consecuencias de intentar subvertir el orden o atentar contra la estabilidad del gobierno, lo cual agrega mayor tensión al ambiente.
Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia, blanco de fuertes críticas por su silencio sostenido ante la grave situación de un país vecino, hizo hoy un llamado a la mesura, "tanto en el discurso como en las acciones políticas" e instó a la paz y al diálogo en Venezuela, al tiempo que expresó la preocupación por las recientes deportaciones de colombianos, desde territorio venezolano, previa confiscación de sus documentos. Evo Morales, presidente de Bolivia, habló para acusar a los EEUU de estar detrás de la agitación para "provocar una intervención en Venezuela".
Cuál será el desenlace de esta situación resulta muy difícil avizorarlo. El gobierno no parece dispuesto a ceder, antes bien, provoca y estimula la crispación. En plena formación de las distintas concentraciones de esta mañana, el Ministro del Interior declaraba: "Millones de personas marchan hacia Miraflores -en referencia a los partidarios del gobierno- y hay un grupo opositor que se encuentra en la Plaza Brión".
A juzgar por las dimensiones de la concentración opositora, transmitidas ambas por el canal de noticias Globovisión y distintos medios de comunicación, la jornada, hasta los momentos, ha sido un innegable éxito, dada la expectativa de la entrega de López. Es el tipo de vocería, señalan algunos, que no ayuda a la distensión e irrita a la colectividad, sobre todo en la voz del responsable de la cartera del "Interior, Justicia y Paz". El Jefe del Sebin -la policía política- fue destituido ayer por la mañana por desatender la orden de acuartelamiento.
No obstante, hasta la hora en que redactamos este reporte, no se registran mayores inconvenientes. Es muy complicado trasladarse en Caracas porque la gente sigue en las calles y mucha vías están cerradas al tránsito automotor. Los obispos de la Iglesia Católica se han manifestado a través de los medios de comunicación desde tempranas horas de la mañana, llamando a mantener el tono pacífico de la protesta.
Muchos resienten que una protesta esencialmente juvenil-estudiantil haya derivado en manipulación política y soterrada medición de fuerzas entre dirigentes de partidos; otros piensan que el lado bueno es que la resistencia social ha tomado una fuerza que ni siquiera el propio gobierno imaginaba. El pasar de las horas y días irá respondiendo a esa interrogante.–