Los obispos del Continente lo habían advertido en Aparecida
En el número 445 del documento final de Aparecida, los obispos de América Latina y El Caribe se mostraban sumamente preocupados porque los jóvenes del Continente estaban afectados “por una educación de baja calidad, que los deja debajo de los niveles necesarios de competitividad… Otros, no tienen posibilidades de estudiar o trabajar y muchos dejan sus países por no encontrar un futuro, dando así al fenómeno de la movilidad humana y la migración un rostro juvenil”.
Por desgracia, la preocupación de los obispos en la Y Conferencia General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), celebrada en Brasil en mayo de 2007, con la presencia del hoy Papa Emérito, Benedicto XVI, se ha ido corroborando con los datos que arrojan las encuestas y las organizaciones internacionales encargadas de medir el nivel de desocupación que padecen los países en el mundo.
Un cifra enorme
En este sentido, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con sede en la ciudad de Lima, capital del Perú, ha informado esta semana que cerca de 22 millones de jóvenes jóvenes latinoamericanos no estudian ni trabajan, dando con esto un rostro cuantitativo a la intuición de los obispos del CELAM.
Más aún, el informe de la OIT señala una constante en crecimiento en los países del área: la informalidad. De hecho, la informalidad laboral se ha convertido ya en el primer acceso al mercado del trabajo de los jóvenes latinoamericanos. Las más altas tasas se registran en Honduras (27. 5 por ciento); Guatemala (25.1 por ciento) y El Salvador (24. 2 por ciento). No en balde son los tres países que, en proporción al total de su población, mayores tasas de migración registran hacia Estados Unidos desde Centroamérica.
El estudio de la OIT agrega que una importante cantidad de jóvenes, que representan el 21.1 por ciento, no busca empleo y tampoco se dedica a quehaceres domésticos. "Es una cifra enorme…la sociedad no les ofrece nada, no hallan donde ubicarse", comentó la directora regional de la OIT, Elizabeth Tinoco, durante la presentación del estudio que entregó cifras de los países de la región entre 2005 y 2011.
El estudio de la OIT para América Latina y El Caribe señala que de los 48 millones de jóvenes que logran empleo, 27 millones tienen trabajos informales, donde no cuentan con contratos laborales, ni seguro social, ni perspectivas de mejoras. Para muchos jóvenes "la informalidad es la primera puerta de entrada al mercado laboral", dijo Tinoco.
El estudio señala que de los 108 millones de jóvenes que viven en Latinoamérica y El Caribe, 37.2 millones solamente estudia; 35,3 millones solo trabaja y 13.3 millones estudia y trabaja.
Uso abusivo de la comunicación virtual
Lo que también es un hecho es que la población joven de América Latina es la de mayor crecimiento en el uso de redes sociales y la de mayor expansión en el mundo de las tecnologías digitales de comunicación. Quizá sea una forma de evadir la dura realidad que se les presenta a los jóvenes en su acceso a una educación de calidad y a un mundo laboral bien remunerado.
Quizá también por eso, los obispos en Aparecida terminaban el número 445 del documento final –cuyo encargado de redacción fue el entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio—diciendo: “Preocupa también el uso indiscriminado y abusivo que muchos jóvenes hacen de la comunicación virtual”.
(Con información de AP)