El gobierno hizo público el día de ayer que muy pronto iniciará una discusión pública sobre el tema
Siguiendo el ejemplo de Uruguay y de algunos estados de la Unión Americana a la cual pertenece, Puerto Rico ha reiniciado un debate que tomó fuerza en 2013 para legalizar la marihuana.
El gobierno de Puerto Rico hizo público el día de ayer que muy pronto iniciará una discusión pública seria y a fondo sobre la posibilidad de vender marihuana mediante un negocio regulado desde la propia autoridad gubernamental.
La idea –más cercana a Uruguay que a los estados de Washington o Colorado en Estados Unidos—intenta propiciar un aumento en los recursos fiscales con los que cuenta Puerto Rico y poder, con ello, invertir en obra social.
También con este debate, Puerto Rico se une a la corriente de opinión de algunos ex mandatarios latinoamericanos –entre ellos el de México, Vicente Fox– en el sentido de que legalizar el consumo de marihuana va a desestimar la guerra entre los cárteles y minimizar el número de muertes debido a la lucha por controlar territorios tanto los consumidores como los pasillos de tránsito de la droga hacia Estados Unidos, principal consumidor mundial.
En Puerto Rico, según las autoridades estatales, la mayor causa de muerte entre los jóvenes proviene de las riñas de cárteles locales por controlar el llamado narcomenudeo de marihuana, conocida en la isla caribeña como “pasto”.
"Aunque en el pasado nos hemos expresado en torno a la legalización de la marihuana así como a la medicación, le damos nuevamente la bienvenida a la discusión pública de este tema", dijo la titular de la cartera de Gobernación, Ingrid Vila.
Desvestir un santo para vestir otro
En este contexto, cabe destacar que en días pasados, representantes de las organizaciones Alianza Política de Drogas (DPA, por sus siglas en inglés) y Fundaciones de Sociedad Abierta (OSF, por sus siglas en inglés) visitaron Puerto Rico y se reunieron con diversos grupos para plantear la necesidad de una reforma legal respecto a las drogas, en especial de la marihuana.
Por otra parte, el presidente del Senado, Eduardo Bhatia, dijo que es positivo que surjan ideas para mejorar la situación fiscal y ha aludido a la "legalización, venta y tributación" de marihuana que puede servir de "marco de referencia" para mejorar los ingresos públicos de la isla.
"Como tantas otras, estas propuestas deben ser estudiadas con detenimiento y situarlas en nuestra realidad sociocultural. Puerto Rico está apenas comenzando a debatir este asunto", dijo el presidente del Senado.
En contrario a la corriente que ve la legalización de la marihuana como una política necesaria, el portavoz de la organización cívica Puerto Rico por la Familia, César Vázquez, y el secretario del Concilio de Iglesias, Ángel Rivera, advirtieron que el negocio de la marihuana podría "desvestir un santo para vestir otro".
"Los dividendos económicos que pueda generar esto para el Estado no pueden ser un justificativo para desatender los serios problemas de salud mental que mayoritariamente caracterizan el perfil de la persona drogodependiente", dijo Ángel Rivera.
El secretario del Concilio de Iglesias portorriqueño destacó que "el problema de seguridad pública que puede crear una persona actuando y tomando decisiones bajo los efectos de las drogas" puede ser muy grave.
"Como sociedad tenemos un problema de salud mental enorme y la marihuana lo empeora. Es como añadirle leña al fuego. Pensar que vamos a generar más ganancias con la venta de marihuana es tener una visión bien corta", dijo, por su parte, César Vázquez.