México ya celebra a los dos papas casi santos

“Dos historias, dos pastores, dos santos… y una inmensa alegría”.  Así intitula la arquidiócesis primada de México, que encabeza el cardenal Norberto Rivera Carrera, la “Fiesta de la Gratitud” que se lleva a cabo desde el pasado 9 de febrero ya hasta el 27 de abril de 2014, con motivo de la canonización de Juan Pablo II y de Juan XXIII.

“Juan Pablo, hermano, ya eres mexicano”

La actividad inaugural de esta “Fiesta de la Gratitud” tuvo efecto el domingo 9 de febrero cuando la Catedral Metropolitana de México abrió de nuevo la Puerta Santa y recibió una escultura de tamaño natural de Juan Pablo II que contiene una reliquia en primer grado -una ampolleta con sangre- del beato Papa, así como una imagen y un posible solideo de Juan XXIII.

Con este acontecimiento la arquidiócesis de México abrió, oficialmente, una peregrinación que se desarrollará en sus ocho vicarías episcopales, en las cuales se tiene una especial veneración por Juan Pablo II, pues fue el Papa que visitó cinco veces a México, en cuatro de ellas pasando por la capital del país, y haciendo especial énfasis en su amor por la Virgen de Guadalupe, a quien nombró patrona de las Américas.

Justamente fue la Basílica de Guadalupe la que dio inicio al recorrido de las reliquias de los Papas hasta la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, conocida como “la joya de América” y que acaba recientemente de celebrar su 200 aniversario de la culminación de los trabajos de su construcción.

Cientos de fieles, agolpados a la entrada de la Catedral corearon las consignas que se hicieron famosas durante las visitas de Juan Pablo II a México: “Juan Pablo, hermano, ya eres mexicano”; “Se ve, se siente, Juan Pablo está presente”, o la frase que inmortalizó el propio “Papa Amigo”: “¡México, siempre fiel!”.

La vitrina que resguarda la imagen de cera, en la que se ve a Juan Pablo II yacente y dormido, y que porta en su pecho un pequeño trozo de su piel que fue tomado después de su muerte, fue recibida con gozo y alegría por los fieles de la Ciudad de México, quienes, junto con la imagen del “Papa Bueno”, corearon el estribillo de “Santos, ya” que tan famoso se hizo en los funerales de Juan Pablo II en San Pedro.

El Papa que quería a México

La solemne Misa fue presidida por el cardenal Rivera Carrera quien recordó que Juan Pablo II le había expresado alguna vez su cariño y su asombro al ver la respuesta del pueblo mexicano en sus visitas.  Las palabras del futuro santo, según confesión del cardenal Rivera Carrera, fueron: "¡Qué gran riqueza de fe la del pueblo mexicano!".

“Al terminar una Eucaristía, el Papa Juan Pablo II nos comentó allí en el helicóptero, ‘¡qué gran riqueza la del pueblo mexicano!’, cuando observó a la hora de la consagración que a pesar de la multitud sólo se escuchaba el ruido de la fe…, el Papa nos amaba, nos quería y valoraba por eso aquí nosotros queremos corresponder a ese amor y cariño que le dio a México”, expresó el arzobispo primado de México.

Al termino de la celebración eucarística con la que se recibieron las reliquias de ambos Papas, la vitrina que resguarda la imagen y reliquia de Juan Pablo II recorrió los pasillos de la Catedral Metropolitana para ser colocado bajo los pies del Altar de los Reyes, en donde el cardenal Rivera Carrera junto con monseñor Manuel Arellano, rector de este templo y el Cabildo Metropolitano se arrodillaron para venerarla.

Tanto la reliquia del “Papa Peregrino” como la imagen del “Papa Bueno”, estarán expuestas durante toda la semana en la Catedral Metropolitana hasta las primeras horas del domingo 16 de febrero que serán llevadas a la primera Vicaría Episcopal, “Santa María de Guadalupe”, para luego recorrer el resto de las vicarías de la arquidiócesis de México.