La Iglesia lista para tomar medidas en los templos
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El fantasma de la epidemia de gripe conocida como AHINI ha vuelto a cernirse sobre México, como en el 2009, aunque ahora toma al país con mayor conocimiento del virus y con poco más de seis millones de vacunas que se han administrado a grupos de riesgo; menores de cinco años, mayores de 60, mujeres embarazadas, diabéticos, obsesos y con enfermedades como cáncer y sida.
Confianza excesiva entre los ciudadanos
En su último reporte la Secretaría de Salud del gobierno federal reveló que ha habido más de tres mil contagios en lo que va del año de los cuales han derivado en 292 defunciones por el virus AH1N1, una por AH3N2, una por B, y 22 por otros tipos de virus en lo que se conoce como influenza estacional.
Para el director de Salud Pública de la propia Secretaría de Salud, Jorge Blackaller Ayala, en el rebrote del virus y en las víctimas mortales, no hubo falta de prevención por parte del gobierno, sino un exceso de confianza de la población, toda vez que del 2010 al 2013, los casos de muerte por influenza fueron muy pocos.
Entre los mexicanos aún persiste la emergencia epidemiológica de 2009, cuando las muertes se dispararon a falta de vacunas; sin embargo, la situación es diferente en este 2014 y los médicos insisten en que la población debe ponerse la vacuna, la cual es gratuita. Los estados con más enfermos son, después de Jalisco, el Distrito Federal, San Luis Potosí, Estado de México, Nuevo León y Aguascalientes.
Cuando salió en procesión el Señor de la Salud
Por su parte, se anunció esta semana que una delegación de obispos mexicanos, reunidos en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) contactó con la Secretaría de Salud para evaluar si las iglesias tienen que tomar medidas apropiadas para prevenir la propagación de la gripe, tal y como sucedió en 2009.
En la primavera de ese año, durante la celebración de la Misa, el beso de la paz fue reemplazado por una inclinación de la cabeza, la comunión se distribuía sólo en la mano y fue abolido el uso de las pilas de agua bendita para evitar los contagios.
El secretario general de la CEM y obispo Auxiliar de Puebla, monseñor Eugenio Lira, ha sido designado como uno de los responsables a cargo de mantener el contacto con las autoridades federales en este sentido, y de ser informado sobre medidas específicas adoptadas por cada bispo en su propia jurisdicción religiosa en esta situación de emergencia sanitaria.
Para el prelado mexicano “cada obispo tomará las decisiones que crea oportunas, seguramente luego de un diálogo con las autoridades sanitarias de su propia diócesis, pero repito, será una decisión que tomará cada obispo, de acuerdo a la situación específica que se presente en su diócesis”.
En 2009 fue tal la violencia de la epidemia que la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, así como varias iglesias del país tuvieron que cerrar parcialmente sus puertas. El domingo 26 de abril de ese año, fue sacado en procesión de la Catedral, luego de muchos años de no hacerlo, la figura de Cristo Señor de la Salud. Poco tiempo después, se mitigó la alerta que hoy vuelve a encenderse en México.