Estamos proyectando sobre los niños problemáticas que les son ajenas, afirma experta en familia
Prohibir que los niños jueguen al fútbol en el patio para evitar una “distribución sexista” de las zonas de recreo “es llevar al ámbito infantil la problemática de los adultos y proyectarla sobre los niños, quienes en principio viven ajenos a la manipulación que pretenden los ideólogos de género”. Lo afirma la secretaria académica del Instituto de Estudios de la Familia de la Universidad San Pablo CEU, Carmen Sánchez Maíllo ante la limitación del uso del balón en los patios escolares prevista en el Plan Director para la Coeducación y la prevención de la violencia de género en el sistema educativo del Gobierno del País Vasco, presentado la semana pasada.
El documento indica que en los patios escolares “la distribución del espacio sigue siendo sexista”, y que las actitudes de los alumnos o la falta de organización suele situar a los niños en el espacio central y arrinconar a las niñas.
“Todo niño, niña o adolescente necesita una educación y maduración en el respeto, pero pretender que jugar al fútbol sea un ejemplo de “violencia sexista” no es realista ni justo con la realidad –explica Sánchez Maíllo-. Eduquemos a nuestros hijos y alumnos en el respeto pero sin imponer ideologías ni categorías que no proceden”.
En algunos colegios ya se está limitando el fútbol durante el recreo algunas horas o algunos días de la semana.
Para la experta, “si un determinado colegio o instituto ve una necesidad concreta de distribuir y mejorar sus zonas y espacios de juego es razonable, y será una cuestión que deberá juzgar su equipo directivo, pero impulsar estas medidas desde el ámbito de la política y de la administración me parece inadecuado e improcedente”.
En su opinión, “a los niños hay que educarlos en el respeto y la educación en su relación para con toda persona sea niño, niña, hombre o mujer; lo que no se debe hacer es proyectar la “ ideología de género” y sus categorías sobre la infancia y sus juegos”.
Para Alicia Rubio, profesora de educación física en Leganés desde hace más de veinte años, “la ideología de género alcanza cotas de ridículo en el ámbito del deporte”.
“A las chicas no les suelen apetecer los encontronazos, antropológicamente la mujer se defiende de otra forma –afirma-. Hombres y mujeres somos iguales en dignidad y derechos, pero físicamente, y en gustos, percepciones, concepción de la vida, intereses,… somos completamente diferentes”.
Con medidas como dirigir los juegos en el patio y hacer que todos jueguen a lo mismos juegos, “están luchando contra la biología, se meten en el ocio, en la intimidad, imponiendo”, advierte Rubio.
La profesora comparte su visión pragmática de la distribución de los espacios en los patios escolares: “Si el campo de juego no está en el centro, se escapan las pelotas, además las chicas no tienen interés en ponerse en el centro para que les den un balonazo, y eso no quiere decir que sean más o menos importantes”.
Rubio apuesta por educar en la igualdad verdadera, pero no en la imposición de la igualdad. “Hay que decirles la verdad: que somos muy distintos –sugiere-. Y así se promueve el respeto al otro porque se le entiende, y también la complementariedad”.