En este mes el mundo de la economía ha sufrido la perdida de uno de sus premios nobeles, el norteamericano Dale Mortensen, que demostró que hasta en el más perfecto escenario de la economía de mercado, nunca habría pleno empleo, sino una voluminosa “bolsa de paro” de consecuencias sociales perniciosas, por el simple hecho de que el sistema de la oferta y la demanda exigen “fricciones” en la búsqueda de empleo, sólo parcialmente resueltas si el sistema público y la sociedad civil ponen su parte para agilizar los “modelos de búsqueda de trabajo”, que el mercado por si sólo es incapaz de conseguir.
La pérdida de Morternsen se ha producido en las vísperas del Foro de Davos, en el que también dos grades economistas han sido políticamente incorrectos:
En primer lugar, Joe Stiglitz, que recibió el nobel de economía el año pasado, ha explicado que el estancamiento del salario medio en el mundo desarrollado, desde hace casi 40 años, hace que cada fase de crecimiento del consumo se financie mediante aumentos de la deuda que son una permanente fuente de burbujas crediticias. Es decir, menos participación en los beneficios, reclamo desmesurado del consumo, creciente endeudamiento, y la bolsa se rompe cíclicamente. Por lo que el sesgo en la distribución de la renta a favor de los más ricos, dice Siglitz, “no es sólo un problema social, sino que está contribuyendo al pobre rendimiento de la economía”.
En segundo lugar, el también nobel en economía Bob Shiller, ha explicado, en esta misma línea, como una sociedad cada vez más desigual genera comportamientos más especulativos, porque cuando la brecha de la desigualdad crece, la gente teme que el Estado del bienestar desaparezca, y busca suplirlo con sus propias seguridades, inflando tanto la burbuja inmobiliaria como la de las inversiones bursátiles, endeudándose más. Explicación que polemiza con la teoría de los “mercados eficientes” del otro premio nobel del año pasado, Eugene Fama.
El Papa Francisco, que no hace como alguien ha dicho “reflexiones piadosas” en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, sino que entre otras cosas toma partido en el debate económico desde la Doctrina Social de la Iglesia, denuncia en dicha exhortación el engaño de quienes quieren convencernos de que este sistema “derrama” bienestar, cuando lo que derrama es desigualdad.
Hoy celebramos a...