Queridos hermanos y hermanas:
El Evangelio de este domingo relata el principio de la vida pública de Jesús en las ciudades y aldeas de Galilea. El lugar es una zona periférica, despreciada por los judíos más observantes, debido a la presencia en esa región de distintas poblaciones; a esto el profeta Isaías la indica cómo "Galilea de los Gentiles".
Es una frontera terrestre, una zona de tránsito donde conocer a gente de diferente raza, cultura y religión. La Galilea es el lugar simbólico para la apertura del Evangelio a todos los pueblos. Desde este punto de vista, la Galilea se asemeja al mundo de hoy: coexistencia de diferentes culturas, necesidad de discusión y reunión. También estamos inmersos diariamente en un "Galilea de los Gentiles", y en este tipo de contexto podemos asustarnos y ceder a la tentación de construir muros para estar más seguros. Pero Jesús nos enseña que las buenas noticias no se limitan a una parte de la humanidad, es necesario hablar con todo el mundo.
Es una buena noticia para aquellos que esperan, pero también para aquellos que tal vez no esperan nada y aún no tienen la fuerza para hacerse preguntas. A partir de Galilea, Jesús nos enseña que nadie está excluido de la salvación de Dios. En efecto, Dios prefiere los suburbios con el fin de llegar a todo el mundo. Nos enseña un método, su método, pero expresa el contenido, es decir, la misericordia del padre. «Cada cristiano y cada comunidad discernirá cual es la forma en la que el Señor se lo pide, aunque no todos aceptarán esta llamada: salir de tu comodidad y tener el coraje para llegar a los suburbios que necesitan la luz del Evangelio ".
Jesús comienza su misión no sólo desde un lugar periférico, sino también con hombres que podrían denominarse de "bajo perfil". Jesús va a llamarlos donde trabajan, en la orilla del lago: son pescadores. Los llamo, y lo siguen inmediatamente. Dejan las redes y van con él: su vida se convertirá en una aventura extraordinaria y fascinante.
Queridos amigos, el Señor llama aún hoy. Pasando por las calles de nuestra vida cotidiana; nos llama a ir con él, a trabajar con él para el Reino de Dios, en la "Galilea" de nuestros tiempos. El Señor me llama, que cosa nos dice el Señor. Si alguno siente que el Señor le dice Sígueme. ¡Sigámosle¡
DESPUÉS DEL ÁNGELUS
Se celebra hoy el Día Mundial de los Enfermos de Lepra. Esta enfermedad, aunque en declive, la sufren todavía muchas personas en condición de pobreza severa. Es importante mantener viva la solidaridad con estos hermanos y hermanas. Aseguran nuestra oración; y también recen por todos los cuidadores, de diferentes maneras, se han comprometido a derrotar a esta enfermedad.
Estoy cerca en la oración a Ucrania, en particular para aquellos que perdieron la vida en estos días y sus familias. Espero que se pueda desarrollar un diálogo constructivo entre las instituciones y la sociedad civil y, sin recurrir a acciones violentas, prevalecen en el corazón del espíritu de la paz y la búsqueda del bien común.
En los próximos días, millones de personas que viven en el lejano Oriente o dispersos en diversas partes del mundo, incluyendo el chino, coreano y vietnamita, se encuentran celebrando el año nuevo lunar. A todos ellos le deseo una vida llena de alegría y esperanza. El anhelo irreprimible de la fraternidad, que habita en sus corazones, en la intimidad del lugar privilegiado donde puede redescubrirse, educarse y lograrse. Esta será una valiosa contribución a la construcción de un mundo más humano, donde reina la paz.
Ayer, en Nápoles, fue proclamada a Beata María Cristina de Saboya, que vivió en la primera mitad del siglo XIX, la reina de las Dos Sicilias. Una mujer de profunda espiritualidad y gran humildad, que sabía cómo soportar el sufrimiento de su pueblo y se convirtió en madre de los pobres. Su extraordinario ejemplo de caridad testifica que la vida buena del Evangelio es posible en todos los entornos y estatus social.
Saludo con afecto a todos vosotros, queridos peregrinos vinieron de varias parroquias en Italia y otros países, así como asociaciones, grupos y otros de la escuela. En particular, saludo a los estudiantes de Cuenca (España) y las chicas en Panamá. Saludando a los fieles de Caltanissetta, Priolo Gargallo, San Severino Marche y San Giuliano Milanese y los ex-alumnos de la escuela de Minoprio. También me gustaría expresar mi cercanía al pueblo inundado en Emilia.
Paso ahora a los niños y niñas de la acción Católica de la diócesis de Roma. Queridos chicos, también este año, acompañaron por el Cardenal Vicario, tienes un número al final de su "caravana de la paz". ¡Gracias! Escuchar el mensaje de que tus amigos, aquí a mi lado, vamos a leer.
Y ahora lanzamos las palomas, símbolo de paz.
Le deseo todos buen el domingo y buena comida. ¡Adiós!
Hoy celebramos a...