Un documento muestra la historia de Francisco sobre su familia y su amistad con el padre Enrique PozzoliEn diversas ocasiones el Papa Francisco ha hablado con eficacia de la importancia del bautismo, preguntando a los fieles si recuerdan la fecha de cuándo se hicieron cristianos.
Y en Jorge Mario Bergoglio la memoria de quien lo bautizó el 25 de diciembre de 1936 –el salesiano de origen italiano Enrique Pozzoli– está siempre viva, muy vinculada a la historia de su vocación.
Entregada en seis densas páginas escritas personalmente a máquina el 20 de octubre de 1990, la conmemoración fue escrita en Córdoba por el jesuita para cumplir una promesa hecha al salesiano Cayetano Bruno, el historiador de la Iglesia en Argentina.
Era el vigésimo noveno aniversario de la muerte de Pozzoli y esa mañana, tras celebrar la misa por él, el padre Bergoglio se puso a escribir sin interrupción una larga carta.
A ésta siguió inmediatamente después, para el mismo destinatario, otra carta de cinco páginas escrita también a máquina, con algunos de los “recuerdos salesianos”.
En el aniversario del bautismo del Papa, publicamos la primera “relación” dedicada al religioso, en quien se unían “las imágenes del misionero, del confesor, del relojero y del fotógrafo” y cuya historia se entrelaza, más de una vez de modo decisivo, con la de la familia Bergoglio. Y de muchos otros. El texto se conserva en el archivo histórico salesiano de Buenos Aires.
Ver aquí el documento completo.
Por Giovanni Maria Vian, director de L'Osservatore Romano.
Artículo publicado originalmente en L'Osservatore Romano.