Caritas identifica la escucha como la necesidad no económica más extendida“Felices los que saben escuchar y callar” es una de las llamadas bienaventuranzas de santo Tomás Moro. También le hace feliz a uno que lo escuchen; es una necesidad, no siempre cubierta.
De hecho, el Observatorio de la realidad social de Caritas española identifica en su último informe la escucha y los espacios donde hablar como “la necesidad no económica más extendida”.
Para responder a esta necesidad, la arquidiócesis de México ofrece un servicio estructurado con 60 centros de escucha y más de cien “asesores de escucha”, y este sábado 7 de diciembre otorgó diplomas a 26 personas que concluyeron la etapa de estudios para capacitar personas que tienen vocación de servir a través de la escucha.
Estos asesores están capacitados para reconocer cuándo las personas tienen una problemática de gravedad y requieren ser canalizadas a una terapia psicológica especial (aunque no para dar terapia), para eso tenemos el Centro de Apoyo Familiar”.
Si los asesores detectan que la persona tiene alguna problemática psicológica, la remiten al Centro de Apoyo Familiar, que cuenta con 26 terapeutas que determinan si pueden ayudarles, o bien, les canalizan a algún hospital especializado.
Los asesores han detectado que prevalecen elevados niveles de violencia intrafamiliar en las comunidades de las ocho Vicarías Episcopales, según informó el semanario Desde la fe.
En no pocas ocasiones, de dicha situación se derivan el abuso sexual, las adicciones y la baja autoestima, entre otras afectaciones.
Actualmente, los asesores han podido detectar en clases populares el desencadenamiento de trastornos que antes eran más evidentes en estratos sociales más elevados, como bulimia y anorexia.
Cuando ocurren situaciones como éstas, se canaliza a la persona hacia servicios más especializados en psiquiatría.
Una vez que concluyen su etapa formativa, “los asesores de escucha son supervisados continuamente por un programa diocesano llamado ‘Somos tu familia’, y para lo relacionado con cuestiones de logística, dependen de los presbíteros titulares de parroquias”.