“Nos acercamos a las elecciones y la transformación de la Hagia Sophia es un tema que interesa mucho a una cierta parte de la población. Es inimaginable que pueda convertirse de nuevo en mezquita, no obstante se hayan modificados otros elementos laicos de la república turca que parecían intocables”, esto le ha dicho el padre Alberto Fabio Ambrosio, fraile dominico que hace diez años que está en Estambul y es uno de los mayores estudiosos cristianos del Islam místico, a Ayuda a la Iglesia Necesitada, hablando sobre los rumores que hay sobre la posible conversión de la basílica de Santa Sofía en Estambul a un lugar de culto islámico.
Edificada a partir del 532, la basílica bizantina fue convertida en mezquita en 1453 y después transformada en museo en 1935, por el primer presidente turco y fundador de la República de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk.
El que ha vuelto a sacar el tema a colación ha sido el vice primer ministro Bülent Arınc, al declararse favorable a reabrir la Hagia Sophia a los fieles musulmanes.
“Es una opinión difundida, explica el padre Ambrosio, que Arınc está a punto de dimitir y que quiere formar un nuevo partido. El vicepremier se propone como un político conservador y sus declaraciones van dirigidas al electorado de tendencia religiosa o nacionalista sobre el que se quiere apoyar electoralmente”.
La reconversión de la antigua basílica bizantina en mezquita podría ser solo un mero argumento electoral, si bien otras dos iglesias, en Trebisonda e Iznik han sido transformadas ya en lugares de culto islámico. “El museo de Santa Sofía en Estambul es visitado por millones de turistas cada año y creo que se quiere aprovechar sobre todo su alto significado simbólico. Es, sin duda, un hecho sorprendente, pero no debemos olvidar que en meses anteriores en Turquía han sido detenidos periodistas, y que después de las protestas del parque Gezi, se han propuesto leyes para que sea más fácil para la policía detener a quien se encuentre en las inmediaciones de una manifestación”.
El futuro del Hagia Sophia está dentro de una serie de procedimientos o de posibles aprobaciones por parte del gobierno turco, entendida por muchas personas como un giro islamista del premier Erdoğan. Entre estos: una severa ley que regula el consumo de alcohol, la obligación de llevar velo en las oficinas públicas y la posibilidad de una futura división de sexos en las residencias universitarias.
“Está claro que las decisiones tomadas por este gobierno van en busca de una sociedad más musulmana, no necesariamente islamizada, pero de cultura musulmana”, afirma el padre Ambrosio. Sin embargo el gobierno turco no ha reconducido estas normas, al menos abiertamente, hacia una política de corte religioso, prefiriendo aducir motivos de carácter jurídico o de orden público. También se interpreta desde esta óptica también la reforma escolástica, que ha equiparado las escuelas superiores religiosas a las estatales".
"Antes quien frecuentaba un instituto coránico tenía acceso solo aun número limitado de cursos universitarios, mientras que, ahora, quien vive en áreas desprovistas de escuelas superiores estatales, como en algunas zonas de Anatolia, y estudia en un instituto religiosos podrá elegir libremente su propia licenciatura. Muchos han interpretado esta reforma como un medio para favorecer a los “Imam Hatip Lisesi”, las escuelas islámicas. “Es verdad que se ofrece la posibilidad de estudiar, pero también es una posibilidad marcadamente religiosa”.
Después de los últimos meses de revueltas internas, protagonizadas por las protestas del parque Gezi, Turquía mira ahora a las elecciones de marzo de 2014 que podrían generar una importante reconfiguración política. “Desde siempre la inestabilidad del país provoca la aparición de las corrientes nacionalistas y religiosas y Erdoğan podría convertirse pronto en la parte moderada”.
Hoy celebramos a...