Después de 16 días se desconoce su paradero y el móvil real del secuestro
La Conferencia Episcopal de Camerún ha lanzado un llamamiento a la oración por la liberación de los rehenes “detenidos en todo el mundo”, y, en particular, por el padre Georges Vandenbeusch, el sacerdote Fidei Donum francés secuestrado el pasado 13 de noviembre por la noche en su parroquia de Nguetchewe, una localidad de Camerún situada a unos veinte kilómetros de la frontera con Nigera.
Tras 16 días, no hay noticias del padre Vandenbeusch, sólo se sabe que los secuestradores son nigerianos, tal vez miembros de Boko Haram, y que el sacerdote podría permanecer retenido en un lugar desconocido en Nigeria.
Según la prensa camerunesa, el Prefecto del Departamento de Mayo-Tsanaga, al que pertenece la ciudad de Nguetchewe, ha pedido la intervención de las autoridades tradicionales locales para tratar de ponerse en contacto con los secuestradores.
La dinámica del secuestro reconstruida por las autoridades de Camerún sugiere un acto de bandidaje. “Los bandidos estaban buscando dinero y al no encontrarlo secuestraron al sacerdote, probablemente para pedir un rescate”, afirmó hace unos días el ministro de Comunicaciones de Camerún, Tchiroma Bakary.
Por su parte, el presidente francés, François Hollande, señaló que, a la luz de la información recogida, el padre Vandenbeusch ha sido llevado a Nigeria.
En realidad se desconoce el verdadero móvil del secuestro. El párroco anterior de Nguetchewe, Felice Cantoni, declaró a la agencia Fides que hasta ahora, el problema de este lugar tan cercano a la frontera con Nigeria era el bandolerismo local.
“En la misión de las Hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos han robado varias veces –explicó-. Por desgracia, a menudo he tenido que enterrar a campesinos pobres que habían intentado oponerse al robo de ganado y había sido asesinados”.
“Ahora nos enfrentamos a la secta islamista Boko Haram, que secuestró a una familia francesa en Camerún hace unos meses (y luego liberó) –añadió-. Pero el conflicto de Nigeria ya se resentía por la presencia de varios refugiados de la frontera que huían de la violencia de la secta”.
Los secuestradores hablaban Inglés, houssa y kanuri; los dos primeras lenguas se hablan en Nigeria y la tercera es el idioma de la región.
El padre Vandenbeusch es un sacerdote Fidei donum de la diócesis de Nanterre, en las afueras de París. Vive en Camerún desde hace unos tres años y se ocupa principalmente de la acogida a las familias de refugiados de Nigeria.