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Ataviada de azul ondeaba orgullosa el nombre de su nación: Honduras. Las letras bordeadas y combinadas con su atuendo se leían sobre una tela blanca que bailaba al son de la emoción de sus manos. Yaqueline Baquedano, encima de una de las sillas blancas dispuestas para la solemne celebración de apertura del Cuarto Congreso Misionero (CAM4) y noveno Congreso Misionero Latinoamericano en la plazoleta de la Basílica de Chiquinquirá, viajó para representar en Venezuela las misiones de su país.
Junto con cinco hermanas de su congregación religiosa, y frente a los americanos que portaban su bandera en sus camisas, les sonreían con amabilidad mientras contaba su historia: “Como misionera he viajado por el mundo. Pero nada me marcó más que la actividad en Petén de Guatemala donde debí evangelizar a muchos indígenas que, además de creer en la espiritualidad, le rezan a parte a su brujo particular. El contraste me impactó”.
Convertir a Dios en el centro de los días pese a las numerosas tentaciones, es el trabajo que más de los cinco mil misioneros reunidos ayer en el Templo asumieron como misión de vida, agregó Baquedano, antes de que sus palabras se perdieran entre la fuerte entonación de los presentes del “Gloria a ti Casta Señora”. Al son, salió La Chinita por la puerta de la Basílica, a las 5.23 de la tarde, a encontrarse de frente con la Santa Patrona de las Misiones, la Reliquia de Santa Teresita de Jesús.
Las reliquias rodeadas de rosas rojas se juntaron por el pasillo central. Las banderas de 24 países de cinco continentes se visualizaban entre una multitud alegre que aplaudía y cantaba “somos tus discípulos, somos misioneros en un mundo secularizado y pluricultural”, el himno del congreso.
Cien obispos, y 600 sacerdotes se dividieron a cada lado del altar central. Monseñor Ubaldo Santana, arzobispo de Maracaibo, ofició la bienvenida al leer la carta que su Santidad Francisco enviara a propósito de la designación del cardenal italiano Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la evangelización de los Pueblos, como enviado especial para el evento a celebrarse desde mañana en el Palacio de los Eventos hasta el 1 de diciembre.
Representación mundial
Las lecturas sobre el designio de Dios en María se escucharon en español y portugués. Al culminar, Filoni recordó que el congreso “no es una reunión de nostálgicos. Es poner a Cristo en el centro, proponernos a escuchar su voz, y escoger su mensaje. Hacerse verdaderos discípulos en un mundo secularizado”.
En su intervención invitó a rememorar el documento de Conciliación de los Pueblos sobre la naturaleza profunda de la Iglesia misionera, a preguntarse si cada pastoral está centrada en la realidad de América Latina o del mundo; y si es cercana o alejada a los más necesitados.
Cinco globos de colores volaron al oscuro cielo de Maracaibo en representación de los cinco continentes. En wayúu, ingles, portugués, y español se elevaban a su vez las peticiones de quienes subieron al altar a desear que el CAM- 4 se convierta en una espacio de unión de donde se obtengan resultados que permita estimular a los discípulos a responder a los desafíos planteados por la misión permanente en un mundo en transformación.
Baquedano, la hermana de Honduras, ya en el suelo, agradeció la oportunidad de asistir al evento celebrado por primera vez en Venezuela, lo considera la oportunidad perfecta para cargar su mochila de nuevas herramientas y estructuras de organización pastoral para la misión.
Luzmila Mejía Smith / lmejia@laverdad.com
Artículo publicado originalmente por Reporte Católico Laico