Reproducción asistida: un hito histórico… en la descomposición de Uruguay

La Cámara de Representantes aprobó con un solo voto en contra el proyecto de ley de “reproducción asistida” o fecundación “in vitro” que legaliza la eliminación de un promedio de ocho seres humanos por cada uno que logra finalmente nacer. El Parlamento uruguayo ha dado un paso más, negro y nefasto sin duda, en la legalización del genocidio.

El único voto en contra fue el del diputado Amarilla, del Partido Nacional, el cual expresó que la primera vez que el texto salió de Diputados había votado a favor en general y luego en particular en contra de los artículos que violan el derecho a la vida del ser humano ya concebido, pero que ahora no podía hacerlo porque se trataba simplemente de aprobar o rechazar, en bloque, las modificaciones realizadas en el Senado.

Nos congratulamos por el voto en contra del Diputado, pero no podemos dejar de pensar que lo único coherente en la primera instancia habría sido votar en contra del proyecto en general. Es el voto en general el que puede eventualmente decidir si un proyecto sigue su camino o es archivado. No vemos el sentido de aprobar en general un texto que es violatorio de los derechos humanos más básicos y fundamentales.

Menos coherente, con todo, nos pareció la actitud del Diputado Lacalle Pou, del Partido Nacional,  que manifestó que votaría a favor de las modificaciones hechas en el Senado haciendo reservas acerca de los artículos que atentan contra el derecho a la vida. Si se trata de eso, como efectivamente se trata, entonces es claro que lo único aceptable es votar en contra.

Al menos el Diputado Lacalle Pou hizo referencia al tema del derecho a la vida, cosa que no sucedió en las exposiciones de los Diputados Chiesa y Borsari (Partido Nacional), y Radío (Partido Independiente). El primero hizo una referencia general a los aspectos filosóficos y éticos espinosos del tema, para luego centrarse en las alabanzas al proyecto de ley y en la supuesta felicidad que va a traer a muchas parejas que no pueden tener hijos, tema exclusivo de la intervención del segundo. No dejó de lamentar el Diputado Chiesa que el proyecto tal como fue votado hoy deje a la reglamentación el establecimiento del plazo para la conservación de embriones, después del cual, señalamos nosotros, serán asesinados.

El Diputado Radío, del Partido Independiente,  por su parte, agregó una lamentación por la discriminación que implica el proyecto tal como vino de Diputados, en el sentido de que no puedan beneficiarse de estas técnicas los varones solos o las parejas homosexuales masculinas, a diferencia de las mujeres solas y las parejas homosexuales femeninas, que sí podrán acogerse a este beneficio. Todo comentario es superfluo, obviamente.

De parte del Partido Colorado, representado solamente por cuatro o cinco legisladores, un miembro que el autor no pudo identificar manifestó la adhesión en bloque a la iniciativa.

Por el Frente Amplio hicieron uso de la palabra la Diputada Sanseverino y la Diputada Tourné.

La primera alabó las modificaciones del Senado, entre ellas la de renunciar a tipificar como delito la clonación humana y a establecerle las penas correspondientes, como se hacía en el proyecto aprobado inicialmente en Diputados. Todo eso queda, según la Diputada, a cargo de la Comisión que redacta las reformas al Código Penal.

La segunda no pudo dejar de observar que el proyecto tenía un fuerte contenido de promoción de la natalidad, muy necesario en un país que como el Uruguay tiene un problema tan grave de despoblación y envejecimiento poblacional.  En plena coherencia con lo anterior, se congratuló por la característica que presenta esta Legislatura de haber aprobado leyes de envergadura, como por ejemplo la legalización del aborto y el matrimonio “gay”. Observó complacida además el carácter prácticamente unánime de la votación del proyecto de hoy, que demuestra la actitud colaboracionista de la “oposición” en estos temas verdaderamente decisivos.

En resumen, como dijo alguno de los que hicieron uso de la palabra, un verdadero hito histórico, sólo que, agregamos nosotros, en el proceso de descomposición de la sociedad uruguaya.

Artículo publicado originalmente por  Fe y Razón