Durante el encuentro académico “La Iglesia en los espacios públicos”, organizado esta semana por la Universidad Pontificia de México, monseñor Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, enfatizó que “la Iglesia tiene una responsabilidad del todo particular en este momento de la historia”.
“Estamos –dijo–ante el gran desafío entre cristianismo y paganismo; cada uno de ellos lleva consigo sus motivaciones. Todo bajo la mirada impasible o ausente de aquellos que se dicen partidarios de una tolerancia que, extrañamente, se invoca siempre de modo parcial”.
Lo que un cristiano no va a aceptar
El encargado del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, advirtió ante un nutrido auditorio en la Universidad Pontificia de México que hoy no se pide a los cristianos reconocer la sacralidad de ningún Estado; “lo que se quiere imponer, en cambio, es relegar la religión a un hecho privado para que no influya en el desarrollo de la vida social, política y cultural de la nación”.
Sin embargo, dijo monseñor Fisichella, “esta perspectiva juega con un equívoco de fondo que un cristiano jamás podría aceptar: aislar la fe de la vida”.
Recalcó que “de hacerlo, se terminaría por confinar el compromiso en el mundo al interno de una esquizofrenia que debilitaría tanto la fe como el empeño en la sociedad, debido a una falta de relación recíproca que debería hacer que la fe se encarnase y que el compromiso por la transformación del mundo esté enfocado al verdadero progreso de toda persona y al bien de todos”.
Para el prelado italiano de visita en México, “el problema que estamos llamados a afrontar hoy en los diversos ámbitos de la vida pública, política, social, cultural y religiosa, aparece siempre más como un problema ético”.
La simplicidad de la fe
De acuerdo con monseñor Fisichella, la cuestión ética indica el concepto mismo de vida; “es promoción y defensa de la vida, siempre; desde su inicio hasta su final, según aquella norma que la naturaleza lleva impresa en sí misma y cuyo cumplimiento constituye la realización y la plenitud de toda persona”.
Más adelante el purpurado afirmó que los cristianos “no viven con estrabismo respecto a la fe y a la razón·. La convicción es que cuanto la razón descubre en su búsqueda de la verdad, si ha sido realizado en modo recto, conduce inevitablemente a la fe.
Respecto a la contribución cristiana al desarrollo de la sociedad, monseñor Fisichella dijo estar convencido “que los cristianos podremos crear todavía verdadero progreso, como nuestro peculiar aporte, en la medida que seamos capaces de transmitir una serie de valores que expresan con claridad nuestra milenaria historia, la cual, en lo bueno y en lo malo, nos pertenece”.
Sin tener la potencia de los instrumentos que deciden las orientaciones culturales, “tenemos la simplicidad de la fe que se expresa mediante el testimonio”.
En la parte central de su conferencia, monseñor Fisichella subrayó que los católicos deberán ser capaces de repensar las razones de la fe que los hace responsables en la sociedad. Es –según su pensamiento– “una tarea que no puede ser postergada ni delegada exclusivamente al aula académica”.
Para el conferenciante nos encontramos en un momento de transición que en el que la Iglesia debería sentir la responsabilidad de encargarse de transmitir un patrimonio vivo de cultura y de valiosos contenidos que no pueden caer en el olvido.
Dar razones de esperanza
“Creer, amar y esperar son realidades que compartimos con toda la humanidad. Sin esta triple dimensión vendría a menos la posibilidad para el hombre de comprenderse a sí mismo, al interno de lo creado. Y sin embargo, es justamente esta tríada la que puede convertirse en el presupuesto para comunicar de manera fecunda y eficaz la novedad del cristianismo”, dijo monseñor Fisichella.
Y concluyó pidiéndole al auditorio de la Universidad Pontificia de México que estén siempre dispuestos a dar razón de su esperanza a quien se la pida. “Pero háganlo con suavidad y respeto, y con tranquilidad de conciencia. Así se avergonzarán de sus calumnias todos aquellos que los difaman, porque ustedes se comportan como servidores de Cristo”.
Hoy celebramos a...