Definir la trata como crimen de lesa humanidad, hacerla imprescriptible

El Fiscal Federal de Argentina, Antonio Gustavo Gómez, ha participado como observador en el reciente seminario de trabajo sobre el tema de trata de personas y trata de órganos organizado, a instancias del Papa Francisco, por la Academia Pontificia de las Ciencias y de las Ciencias Sociales, encabezada por monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, y por la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos, que encabeza José María Simón.

Para el Fiscal Federal argentino, estos encuentros, más aún porque han sido animados por su coterráneo el Papa Francisco, han sido muy ricos en diagnósticos “para establecer el real estado de situación y una agenda para combatir el crimen atroz” de la trata de personas.

“Esta convocatoria que busca enfocarnos en la acción concreta nos impone precisiones conceptuales para lograr un abordaje científico eficaz”, explicó Gómez.  Y en ese sentido, el Fiscal General propuso reconocer cinco enfoques concretos para enfrentar estos “horripilantes crímenes”, como definió en el documento preparatorio a la reunión internacional en el Vaticano monseñor Sánchez Sorondo.

Delito de lesa humanidad

En concreto, para el fiscal Gómez, habría que enfocar la trata de personas ligada a la prostitución; para las explotaciones agrícolas e industriales; para el tráfico de órganos (que es lo que propuso el Papa Francisco en su petición de un encuentro internacional a la Academia Pontificia de las Ciencias y de las Ciencias Sociales); la trata para la esclavitud o la servidumbre propiamente dicha y la trata por venta de “servicios de inmigración ilegal que constituyen verdaderos desastres humanitarios como la trágica Ruta de Lampedusa, por citar sólo un ejemplo”.

También, el Fiscal Federal de Argentina propuso diferenciar el iter criminis consistente en la captación/transporte/acogimiento/recepción/explotación, porque esto “permitirá acercarnos con mayor eficacia en las definiciones finales” de un seminario que fue convocado, justamente, para poder concienciar e influir en las políticas públicas de los países, así como en acciones concretas, a nivel jurídico y social, y proteger a los más débiles de la trata y de las formas de esclavitud modernas.

La lista de los puntos que estipuló este importante fiscal argentino se centró en definir la trata de personas “como delito de lesa lumanidad en todas sus variantes y por ende sumarle el carácter de imprescriptible a todas las acciones penales”.  Este concepto deberá ser incluido “en toda legislación nacional e internacional” para que no existan estados-refugio ni lugares específicos en los que pudieran guarecerse los criminales que se dedican a la trata de personas en el mundo, especialmente de mujeres y niños.