Edmundo “Mumi” Rivero canta la pieza para el Santo PadreLa Iglesia Santa Catalina de Siena, auténtico refugio para la vorágine del microcentro de Buenos Aires, fue sede de una velada de tango en honor al Papa Francisco. Tango del bueno, bien bailado, bien cantado, bien interpretado, y un estreno impensado hasta hace unos años: un tango dedicado a un Pontífice.
Acompañando el primer año de la edición local de la revista española Vida Nueva, la noche tuvo un sabor nostálgico, como el tango. Una año antes, para el lanzamiento de esa revista, visitaba el mismo patio del templo, otrora monasterio de clausura de dominicas y hoy reconvertido en un complejo de oficinas y confitería, el cardenal Jorge Bergoglio. En esa ocasión lanzaba un urgente mensaje a la Iglesia que peregrina en la Argentina, pidiendo “hacer el esfuerzo para que en la Iglesia vaya entrando aire fresco que la libre del cansancio”. Esas palabras fueron recordadas antes de la música y el baile, y compaginadas con el video del Habemus Papam, lo que provocó una ovación entre los asistentes. Entre ellos había numerosas figuras públicas como el hijo del ex presidente Raúl Alfonsín, Ricardo, hoy diputado de la Nación, y el ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi.
Lombardi, refiriéndose a Francisco como “el Papa tanguero”, evocó su designación como “la mejor noticia en 200 años” de historia argentina. Además, reconoció la trayectoria de José Ignacio López, director de la Vida Nueva local, por haber sido el portavoz del gobierno de Alfonsín, primero tras el retorno de la democracia 30 años atrás.
La primera tanda musical en homenaje al Papa tuvo como protagonista a la cantora Liliana Cassini, acompañada de un trío, que interpretó canciones dedicadas a la ciudad y concluyó con “Siempre se vuelve a Buenos Aires”, magistral composición de Astor Piazzola y Eladia Blazquez llena de nostalgia para los porteños que se alejan de su ciudad, como Jorge Bergoglio.
En la noche solidaria, cuya recaudación fue destinada a Cáritas, también hubo momento para el tango de salón, ese que se disfruta viendo además de escucharse. Y cuatro parejas deslumbraron en la reducida pista –incluso en simultáneo–, en una escena peculiar, rodeada de paredes del antiguo claustro. Tenía que haber un Papa argentino que le guste el tango para que tal escena fuese posible.
La anteúltima función, preludio del estreno del tango dedicado al Papa, estuvo a cargo del maestro José Colángelo, eximio pianista que supo acompañar a algunos referentes de la historia tanguera como Aníbal Troilo y Julio Sosa. Acompañado por el trío, y antes de dar paso al estreno, interpretó “Adiós Nonino”, de Piazzola, otra de esas piezas lacrimógenas para los nostálgicos.
Edmundo “Mumi” Rivero, gran anfitrión del evento y autor junto con el recientemente fallecido Enrique Bugatti de “Un tango para Francisco”, el primer tango compuesto para un pontífice, revoloteaba nervioso cerca del escenario. Le tocó preludiar el estreno al padre Rogelio Vázquez, capellán de la Agrupación Gaucha Cura Brochero. El Padre Vázquez resaltó la búsqueda religiosa de los creadores de tangos, e incluso enumeró algunos como “Padrenuestro” (1923), “Virgen de Guadalupe” (1936), explícitamente religiosos, y otros como el clásico “Cambalache” de Discépolo, y su referencia “¡Que allá en el horno nos vamo' a encontrar!”, reconocimiento del tanguero a la justicia divina.
Cerca de las 9 de la noche, emocionado, Rivero tomó el micrófono, y acompañado por Colángelo, entonó el esperado “Un tango para Francisco”. “Vaya este tango cordial, que tiene como motivo el cantarle a un argentino abrazado a lo social. Ese cura luchador, que ya de pibe quería, en Flores donde vivía ser del débil, protector”, inicia el tango.
Y continúa con voz apasionada:
“Y Buenos Aires lo vio
En subte o en colectivo
Brindando su cometido
De acercar a la gente a Dios.
Y lo sabrá recordar
Como hincha de San Lorenzo
Por ser amigo del tango
Y un sacerdote ejempla.
Para al cardenal Bergoglio
Su territorio se amplió
El mundo lo reclamó,
Y fue con su testimonio
Hoy, como siempre, está listo
A realizar su misión
Este jesuita mayor
Ahora es el Papa Francisco.”
Llegado a este punto, quizá la parte menos tanguera pero más conmovedora. En un intermedio musical con la música del Ave María, recita Rivero:
“Papa Francisco querido
La Virgen cuida de vos
Y este tango pide a Dios
Que ilumine tu camino
Ya te has puesto a trabajar
Con tu espíritu tan noble
Más creyentes, menos pobres
Seguro que lo lograrás.”
El tango, según Rivero al finalizar el estreno de su canción para Francisco, “quedó hermoso”.
El tango llegó a las Iglesias para homenajear al Papa tanguero. Y uno se queda con la sensación de que no es tan cierto eso que dice “Cambalache” de que el mundo “fue y será una porquería”…