La Iglesia de Chile, Bolivia y Perú pide superar los conflictos fronterizos

En una muestra de fraternidad eclesial y de compromiso pastoral hacia la Misión Continental a que llama Aparecida, quince obispos de los consejos permanentes de las conferencias episcopales de Bolivia, Chile y Perú, concluyeron en La Paz, la quinta reunión tripartita que celebran en su historia emitiendo un comunicado conjunto que intitularon “De cara a una auténtica integración”.

Los prelados de estos tres países sudamericanos, encabezados por los presidentes de sus respectivas conferencias episcopales, constataron en esta semana la realidad de los pueblos del Cono Sur a los que, como se expresa en el documento conclusivo de Aparecida, los une “la misma geografía, la fe cristiana, la lengua y la cultura (…) en el camino de la historia”.

Contario a los continuos conflictos por situaciones de límites y fronteras, los obispos de Bolivia, Chile y Perú reconocieron formar parte de una unidad geográfica y cultural “que la gente de nuestros pueblos sabe reconocer y expresar a través de tantos signos de integración, relaciones interpersonales y muestras de religiosidad popular que traspasan las fronteras y que son una lección que estos días hemos constatado e intentado aprender y practicar”.

En un continente lastrado por las divisiones internas, los purpurados de los tres países estipularon que la realidad de esa unidad “se muestra en los deseos e intentos de integración regional, no siempre coronados por el éxito”.

En el mensaje final de este encuentro los obispos reconocieron que si bien se trata de una unidad “desgarrada”, fruto de “profundas dominaciones y contradicciones” y que es “todavía incapaz de incorporar en sí ‘todas las sangres’ y de superar la brecha de estridentes desigualdades y marginaciones”; de parte de las tres iglesias hay un renovado compromiso “de fomentar la integración de nuestros tres países desde nuestra misión pastoral”.

Fomento decisivo a la cultura del encuentro

La manera como los obispos de Chile, Bolivia y Perú van a acometer esta tarea, llevó a varios acuerdos expresados en el documento final del encuentro en La Paz::

· Propiciar que las universidades católicas impulsen en sus estudios e investigaciones la cultura del encuentro.

· Facilitar el conocimiento mutuo y el compartir de experiencias para realizar un aporte crítico a la superación de las ideologías nacionalistas

· Acabar con lo que todavía puede separar a los tres pueblos.

“Cuanto más nos conozcamos mutuamente, mayores posibilidades de caminar juntos tendremos”, han dicho en su comunicado los obispos sudamericanos quienes abogaron por trascender los acuerdos de integración comercial y económica y “promover un cambio de mentalidad, pasando a una integración humana, una verdadera cultura del encuentro entre los pueblos, para superar nuestras diferencias, desde lo que nos une, dejando atrás lo que nos divide”.

En su documento final los obispos de los tres países que comparten la cordillera de Los Andes vieron con preocupación temas sociales “como el aumento del narcotráfico, que destruye la dignidad y la vida de nuestros pueblos, así como los desafíos y oportunidades pastorales que nos plantea la realidad de la migración y la persistente situación de marginación de los más pobres”.

Sin embargo, han resaltado los bastiones morales que guardan estos pueblos del Sur de América, tales como el valor que se le concede a la familia, aunque mostraron su preocupación “por la crisis del amor entre los esposos, base del matrimonio y la consecuente situación de desatención y hasta de abandono en que viven nuestros jóvenes, que está generando mucho sufrimiento y una fuerte crisis de valores básicos que incide, además, en el descenso de vocaciones a la vida consagrada en la región”.

Los obispos reafirmaron su opción “de caminar con los jóvenes ofreciendo el Evangelio, de forma siempre renovada, como proyecto de vida lograda y la vida sacerdotal y consagrada como caminos de amor pleno” y concluyeron invitando a católicos y personas de buena voluntad de las tres naciones, políticos, empresarios, profesores, profesionales… a ejercer su responsabilidad “como instrumentos de integración, justicia y unidad entre nuestros pueblos”.