La celebración de una boda cristiana a las afueras de El Cairo se ensombreció este domingo cuando dos enmascarados dispararon indiscriminadamente desde una motocicleta contra los asistentes, congregados en ese momento ante la iglesia de Nuestra Señora en Uarak al Hadra.
Cuatro personas fallecieron, entre ellas un menor de 8 años, y más de diez resultaron heridas de diversa consideración a causa del ataque.
El primer ministro egipcio Hazem el Beblawi condenó el ataque “criminal y cobarde” y declaró que “actos deplorables como este nunca lograrán sembrar la división entre coptos y musulmanes”.
También las principales autoridades religiosas musulmanas de Egipto lo condenaron. El gran imán de Al Azhar, Ahmed el Tayyeb, calificó el ataque como un acto “criminal contra la religión y los valores” y el gran muftí Shawki Allam recordó que “las agresiones contra las iglesias son actos prohibidos por la sharia islámica”, y pidió a musulmanes y cristianos que cierren filas para “cerrar el paso a los que intentan dividir el país”.
Recuerdo de las víctimas de Maspero
Los cristianos coptos celebraron el pasado 9 de octubre una vigilia en el segundo aniversario de la masacre de Maspero, en la que fallecieron a manos del ejército 23 miembros de su comunidad que se manifestaban contra la violencia de grupos islamistas.
El acto sirvió para volver a denunciar la impunidad que hasta ahora gozan los autores de la masacre, en concreto el ex general Marshal Hussein Tantawi, y los demás representantes del ejército de entonces.
Después de la vigilia, los manifestantes intentaron llegar a la plaza Tahrir en procesión, pero el ejército los dispersó recurriendo al gas lacrimógeno, informó la agencia Fides.
En el segundo aniversario de la masacre, el obispo copto ortodoxo Abanub también presidió una vigilia de oración y reflexión en memoria de las víctimas en el monasterio de San Simón, en la que participaron varias personalidades políticas, junto con los militantes de la Unión de Jóvenes Maspero.
El obispo copto lanzó un llamamiento al Gobierno y a los militares, insistiendo en que los cristianos coptos no olvidarán “hasta el último aliento” a los mártires de Maspero y seguirán pidiendo con insistencia que se haga justicia.