Aleteia logoAleteia logoAleteia
jueves 25 abril |
San Marcos, evangelista
Aleteia logo
Estilo de vida
separateurCreated with Sketch.

Jubilación: La vida sigue… ¿igual?

web3-woman-rainbow-sky-hands-folded-gratitude-shutterstock.jpg

SHUTTERSTOCK

Revista Misión - publicado el 17/10/13

Conocerse, planificar, reestructurar las relaciones, informarse de los cambios económicos y plantear nuevos proyectos, claves para afrontar el cambio

Retraite, en francés. Retirement, en inglés. Pensionamento, en italiano. Jubilación, en español. De las cuatro palabras, la única que apela al momento de dejar de trabajar como una fase dichosa es la española: jubilación, palabra derivada de “júbilo”. Pero, ¿es en realidad un momento alegre?

La psicóloga especializada en gerontología, María Dolores Ortiz, asegura que, normalmente, se vive una especie de luna de miel al jubilarse. Pero advierte que “hay que saber gestionar la jubilación a partir del momento en que esa etapa termina”.

De lo contrario, la jubilación puede llegar a ser motivo, incluso, de depresión, al no encontrar sentido a la vida más allá de la profesión que se ha desempeñado. A muchas personas que se han retirado de la vida laboral les inunda un “sentimiento de inutilidad”.

Por eso, esta transición necesita vivirse acompañada y, sobre todo, estarplanificada, pues se pasa de una rutina vital de, al menos, 40 años, a otra que, teniendo en cuenta la esperanza de vida actual, puede durar 20 o 30 años más.

Hace unos días, Ana comentaba preocupada en una reunión de amigos que toda su familia se había movilizado para encontrar una ocupación a su padre, que se jubilaba en pocos meses, tras haber pasado los últimos 30 años ejerciendo como comercial.

Después de una intensa vida profesional, que había implicado entablar relaciones con mucha gente a lo largo de los años, estaba preocupada por el paso a la inactividad profesional de su padre.

Treinta son los años que María José Sánchez de Ocaña ha estado al frente de su escuela infantil. Hace un año la dejó definitivamente en manos de su hija. “Me costaba jubilarme y también me asustaba envejecer. Además, me gustaba mucho mi trabajo, si bien es cierto que ya estaba muy cansada”.

Se retiró con 67 años y para ella no fue un momento dulce. “Me costó dos o tres meses adaptarme porque, aunque tenía contacto con la escuela a través de mi hija, echaba de menos el mundo de la educación, a los niños, a los padres…”. Ella es uno de esos casos en los que su profesión le ha permitido conocer y relacionarse con muchísima gente.

¿Qué hacer durante ocho o diez horas diarias si no es trabajar? Después de esos tres meses, María José comenzó a cogerle el gusto a lo de estar jubilada. “Ese hueco que pensé que iba a quedarme se empezó a llenar de otra forma”.

Ella, por ejemplo, comenzó a tocar el piano, porque siempre había sido su ilusión. Es importante para una persona que termina su vida profesional activa encontrar una forma de llenar todas esas horas del día en las que ahora no desarrolla una actividad reglada.

No se puede vivir con la idea de que son unas vacaciones perpetuas”, comenta a Misión la psicóloga María Dolores Ortiz; “… eso agota a cualquiera”, apostilla.

Precisamente, aprovechar el tiempo es algo que ha aprendido muy bien Luis Repollés. Por su profesión, pudo acogerse a una jubilación anticipada. Es decir, cuando otras personas de su edad se encontraban en la cima de su vida profesional, él ya había tomado la decisión de retirarse de la suya.

Aunque confiesa que echa de menos todos los días el ejército, ha hecho de su jubilación un servicio de entrega a los demás, pero de otro modo. “Aprendí a encuadernar libros y, como colaboraba con Cáritas Parroquial, me propusieron dar clases de encuadernación para grupos de mayores”, comenta.

De ahí, pasó a impartir esos mismos cursos para presos en la cárcel de Alcalá–Meco, en Madrid. Aunque ahora, echando la vista atrás, asegura que vive un retiro “muy bueno”, lo cierto es que le costó mucho adaptarse a la vida civil. Pero él aplicó la máxima de “ocuparse y no preocuparse”.

Eso es lo que tiene planeado José Luis Martín: mantenerse ocupado. A sus 62 años, le quedan apenas unos días para jubilarse, porque así lo ha querido. Ha hecho sus cálculos económicos, por un lado, y, por otro, ha determinado que, después de llevar trabajando casi 50 años, es hora de descansar. “No me da miedo la jubilación, al contrario”, cuenta a Misión. “Ahora me dedicaré a la pintura, algo que siempre se me ha dado bien y que dejé por falta de tiempo”, señala. Y, en medio de nuestra conversación, sale a relucir varias veces la palabra “disfrutar”, sobre todo cuando habla del tiempo que compartirá con sus nietos.

Claves para afrontar el cambio

Conocerse

Hay que saber que no somos aquello a lo que nos hemos dedicado. Somos valiosos per se, no por la profesión que hayamos desempeñado.

Planificar

Después de los días de “qué a gusto se está viviendo sin horarios”, hay que volver a establecer una rutina. No se puede estar de vacaciones eternamente. Es importante no quedarse en casa y realizar tanto actividades físicas como intelectuales.

Relacionarse

Se deja de compartir tiempo con los compañeros de trabajo, con los que se pasaba casi más tiempo que con la familia, pero, a cambio, la familia y el cónyuge recuperan el tiempo perdido con la persona que se jubila. Es una nueva etapa de ajuste matrimonial. La comprensión es fundamental en este momento en el que, más que nunca, uno ha de esforzarse por ponerse en el lugar del otro. También es una etapa excelente para compartir. Y los nietos… el placer de estar con ellos es otro de los alicientes de la jubilación.

Informarse de los cambios económicos

Jubilarse supone la pérdida de poder adquisitivo y es otro factor a tener en cuenta, ya que puede convertirse en una fuente de conflicto. Por eso, es importante ser conscientes de las condiciones económicas que se avecinan. Del mismo modo, existen importantes descuentos para las personas jubiladas. Por ejemplo, en el transporte público, o incluso en algunos supermercados, en los que han eliminado el IVA de muchos productos para los jubilados.

Nuevos proyectos

Dejar de trabajar no es dejar de vivir. Es una época para nuevas amistades, antiguas aficiones, y sueños y proyectos pendientes. El voluntariado es una buena opción para mantenerse activos y ofrecer toda la experiencia acumulada a lo largo de la vida.

Tags:
ancianos
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.