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Santo Tomás de Villanueva, el sabio que cuidó al clero y a los pobres

SAINT THOMAS VILLENEUVE
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Dolors Massot - publicado el 10/10/13
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Fue catedrático en la Universidad de Alcalá, consejero de Carlos V y arzobispo de Valencia. Envió misioneros a Perú y agustinos a México

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Nació en el invierno de 1486 en Fuenllana (en Ciudad Real, entonces dentro del Reino de Toledo), el pueblo donde vivían sus abuelos maternos. La familia había ido allí porque en la localidad de sus padres, Villanueva de los Infantes, se había declarado una epidemia de peste y consideraron que Fuenllana sería un lugar más seguro. Transcurrido el episodio, la familia regresó a Villanueva y Tomás pasó allí su infancia y adolescencia. Sus padres le dejarían no una herencia material pero sí una profunda huella de amor a las obras de misericordia, sobre todo para con los pobres y enfermos.

A los 15 años le envían a estudiar a la Universidad de Alcalá de Henares (la actual Complutense) y así será el primer santo que pasa por sus aulas. Pronto se vio que Tomás tenía una inteligencia preclara y grandes dotes para el saber. Además, era sencillo y práctico en las argumentaciones incluso en temas difíciles. Sus biógrafos señalan que, pese a eso, luchaba por evitar las distracciones y por memorizar.

En el Colegio Mayor de san Ildefonso de esa Universidad obtuvo el título de maestro de lógica, física y matemáticas, y luego estudió tres años de Teología. Así, siendo bachiller en Artes y licenciado en Teología, a Tomás le encargaron la cátedra de Lógica.

En Salamanca, renunció a la propuesta de pertenecer al claustro de profesores y el 21 de noviembre de 1516 tomó el hábito de agustino (en los mismos días en que Martín Lutero lo abandonaba). Fue ordenado sacerdote en 1518. A continuación, fue nombrado prior conventual, visitador general y prior provincial de Andalucía y Castilla.

A su fama de sabio y excelente predicador se unía su ejemplo de pobreza y austeridad. Por ejemplo, llegó a vender el jergón sobre el que dormía para dar el dinero a los pobres. Y es que, ya de pequeño, muchas veces su madre lo había encontrado sin ropa porque la había dado a otros niños necesitados.

El rey Carlos I de España (y emperador Carlos V de Alemania) vio en él la figura que necesitaba para la reforma que quería llevar a cabo en su reino, así que lo nombró su predicador y consejero personal. Dijo en más de una ocasión: “Este monseñor conmueve hasta las piedras”.

Lo nombró arzobispo de Valencia y Tomás se negaba a aceptar el cargo, aunque finalmente lo asumió no por obediencia al rey sino por obediencia a su superior en la orden religiosa.

A su llegada a Valencia ya dio muestras de su forma de ser. La noche en que entró en la ciudad, caía una fuerte tormenta y pidió que lo alojaran en el convento de los Padres Agustinos sencillamente con una estera para dormir en el suelo. A eso le siguieron seis días de retiro y, tras ellos, los sacerdotes del arzobispado le dieron la bienvenida con el regalo de 400 monedas de plata. Tomás las agradeció y a continuación las entregó al hospital de la ciudad diciendo: “Los pobres las necesitan más que yo”.

La tarea de santo Tomás de Villanueva comenzó en una Valencia marcada por el hecho de no haber tenido obispo residente en el último siglo, por lo que la vida de los clérigos se había relajado y además había mezcla de estilos de vida poco cristianos debido a los moriscos. Tomás emprende la recristianización auténtica, comenzando por el clero.

En 1550 fundó el colegio-seminario de la Presentación, para mejorar la formación sacerdotal. Se volcaba en esta tarea y se cuenta que buscaba la conversión interior de cada presbítero. Una vez, un cura que no estaba dispuesto a cambiar de vida y mejorar, fue llamado al palacio arzobispal. Santo Tomás de Villanueva lo recibió y le dijo: "Yo soy el que tengo la culpa de que usted no quiera enmendarse. Porque no he hecho penitencias por su conversión, por eso no ha cambiado". Se quitó la camisa empezó a darse latigazos hasta que le salió sangre de la espalda. El sacerdote quedó conmovido, se arrodilló y pidió perdón.

En su tarea de gobierno, Tomás ponía énfasis en cuatro aspectos: la buena celebración de las misas y oficios corales, el aseo de los ornamentos y vasos del culto, el estudio y ocupación de los religiosos, y la observancia de la caridad fraterna.

Santo Tomás convocó un sínodo en la archidiócesis y visitó todas las parroquias. Mandó misioneros al Perú. Además, envió a los primeros padres agustinos a México.

Era de gestión rápida y eficaz. Atendía con dedicación y buen humor a los pobres y enfermos. Lo llamaban “el obispo de los pobres”: su secretario tenía orden de interrumpirlo cuando algún necesitado llamaba a la puerta, y eran cientos al día. Particularmente atendía a los huérfanos, y a las chicas jóvenes de familias pobres, les regalaba algo el día de su matrimonio.  A los ricos les impulsaba a dar limosna por sus pecados y a detectar dónde había personas necesitadas que no se atrevían a pedir, para que las socorrieran.

Pero al mismo tiempo era profundamente piadoso, hasta el punto de que lo llaman “el San Bernardo español” por sus textos sobre la Virgen. También es famoso por la profundidad teológica y la piedad de otros escritos como su “Soliloquio entre Dios y el alma”, para dar gracias después de la sagrada comunión.

Santo Tomás está en proceso como Doctor de la Iglesia católica.

Experimentó fenómenos místicos, por ejemplo, se quedaba en éxtasis mientras celebraba la misa o rezaba los salmos.

En septiembre de 1555, Tomás de Villanueva sufrió una angina de pecho e inflamación de garganta. Viendo que estaba cerca de su muerte, mandó repartir entre los pobres todo el dinero que había en su casa. Pidió que un sacerdote celebrara misa en su habitación y dijo: "Qué bueno es Nuestro Señor: a cambio de que lo amemos en la tierra, nos regala su cielo para siempre". El día 8 falleció.

Debido a su fama de santidad, fue beatificado tan solo tres años después de su muerte y el papa Alejandro VII lo canonizaría en el año 1658.

Los restos de santo Tomás de Villanueva se conservan en la iglesia catedral de Valencia.

Su fiesta se celebra el 10 de octubre.

El Seminario Menor de Toledo, del que santo Tomás de Villanueva es patrón, dispone de un cómic en pdf que resume su vida. Puedes descargarlo aquí.

Solo Vos por excelencia sois de pobres abogado,

Tomás bienaventurado, por seguir a Dios desnudo,

Niño con tanta prudencia, proseguís lo comenzado…

Remediad nuestra dolencia pues de Dios sois tan amado,

Tomás bienaventurado, pues de pobres sois abogado.

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