Aun faltan países por ratificar la convención 169 de la OIT sobre los pueblos indígenas
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Como en todos los estados que componen América Latina, “la población indígena de El Salvador continúa sufriendo la pobreza, la falta de atención sanitaria, de agua potable, de educación y de acceso limitado a la tierra y los recursos naturales del país centroamericano”.
Esto es lo que se desprende de un documento elaborado por el Relator Especial de Naciones Unidas para la Defensa de los Derechos de los Pueblos Indígenas. En este documento se especifican los graves problemas de identidad y violencia así como de maltrato a la mujer y violencia doméstica.
El Salvador y Panamá son los únicos países de América Central que aún no han ratificado la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que enfatiza y resalta la importancia de los derechos colectivos de los pueblos indígenas.
Una pasión de Juan Pablo II
Hace pocas semanas, en Izamal (Yucatán, México) se celebró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas en el marco del vigésimo aniversario del encuentro del Papa Juan Pablo II con los pueblos indígenas de América; encuentro que se celebró el 11 de agosto de 1993, justamente en el convento franciscano de Izamal.
En aquella ocasión, Juan Pablo II –quien realizaba su primer viaje como Jefe de Estado a México, país que apenas en 1992 había reanudado relaciones diplomáticas con el Vaticano—se reunió en Izamal con tres mil representantes de pueblos indígenas de América.
En esta ocasión, monseñor Guillermo Escobar Galicia, obispo de Teotihuacán y responsable de la Pastoral Indígena de la Conferencia del Episcopado Mexicano abogó por promover “los derechos de los pueblos indígenas y el desarrollo de sus culturas y comunidades; reconocer, promover y defender sus derechos a la tierra, a su territorio, su cultura, sus formas de organización y sistemas de gobierno”.
Recordando la verdadera pasión que tenía Juan Pablo II por los indígenas americanos, pasión que lo llevó a canonizar al indígena y vidente de la Virgen de Guadalupe, Juan Diego Cuauhtlatoatzin, monseñor Escobar Galicia, invito a retomar “el compromiso que tenemos como Iglesia con los pueblos indígenas de México, para responder a los desafíos que presenta la pastoral indígena, y por lo tanto, eliminar la discriminación, la intolerancia y el abandono a los que se han visto sometidos”.
El Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en México estableció que 7 de cada 10 residentes de una familia indígena viven en la pobreza y uno de cada 10 en la pobreza extrema.
Ni siquiera se tienen estadísticas
En América Latina existen actualmente 522 pueblos indígenas. Según los censos oficiales elaborados entre 2000 y 2008, el total de población indígena identificada en América Latina es de 28.858.580, mientras que en Latinoamérica habitan 479.824.248 personas. Esto supone un porcentaje de población indígena identificada del 6,01%, aunque, en general, se habla de un 10 por ciento, lo cual muestra el retraso en datos que reflejen, justamente, el rostro indígena del continente.
Por países, Brasil es el que tiene más diversidad de pueblos indígenas con 241, que representan una población de 734, 127 personas.. Colombia, con 83 (1.392.623 habitantes) es el segundo país con más cantidad de pueblos, seguido por México con 67 (9.504.184 personas) y por Perú, que tiene 43 pueblos distintos que representan 3.919.314 habitantes sobre el total de la población peruana.
En el otro extremo se encuentran El Salvador, que tiene 3 pueblos indígenas (13.310 personas), Belice con 4 (38.562 habitantes) y Surinam con 5 (6.601 personas). En el caso del Caribe insular, como Antigua y Barbuda, Trinidad y Tobago, Dominica y Santa Lucía, hay pocos datos sobre la supervivencia de pueblos nativos pero existen reivindicaciones de identidad indígena en el ámbito local.
Por un espacio cultural, vital y social
Bolivia, Guatemala y Belice destacan por ser los países donde los indígenas representan porcentajes más altos sobre la población total, con el 66,2%, el 39,9% y el 16,6% respectivamente. En cambio, países como El Salvador, Brasil, Argentina, Costa Rica, Paraguay y Venezuela registran un bajo porcentaje de población indígena (entre 0,2% y 2,3%).
No obstante, en la mayoría de países latinoamericanos la población indígena va del 3% al 10% del total de ciudadanos. México, Bolivia, Guatemala, Perú y Colombia reúnen al 87% de indígenas de América Latina y el Caribe, con una población que se sitúa entre un máximo de 9.500.000 (México) y un mínimo de 1.300.000 habitantes (Colombia). El restante 13% de población indígena reside en 20 estados distintos.
Destacan cinco pueblos con varios millones de personas como los Quechua, Nahua, Aymara, Maya yucateco y Ki’che’, y seis, los Mapuche, Maya qeqchí, Kaqchikel, Mam, Mixteco y Otomí, con poblaciones entre medio y un millón de habitantes.
La constante de todos estos pueblos indígenas, profundamente amparados por la Virgen de Guadalupe quien le dijo a Juan Diego que era su madre y que no debía temer nada, es la pobreza, la falta de educación, de empleo, de acceso a servicios de salud, la mortalidad infantil, el alcoholismo y la violencia.
¿Se habrán olvidado las palabras de Juan Pablo II aquél agosto de 1993 en Izamal: “Mi presencia en medio de ustedes quiere ser también apoyo decidido al derecho a un espacio cultural, vital y social, como individuos y como grupos étnicos”?