Cadáveres anónimos recogidos en la frontera son exhumados ahora para su reconocimientoUn reportaje del ejemplar correspondiente a septiembre-octubre de 2013 del Trabajador Católico de Houston, una publicación de la Casa Juan Diego, Casa de Hospitalidad para los migrantes hispanos a los Estados Unidos, da cuenta del drama de esta “nueva forma de esclavitud”.
El título del trabajo que publica el bimensual católico –inspirado en el pensamiento y la acción de Dorothy Day—habla por sí mismo del contenido: “Muertes en la frontera de Texas”.
55 cuerpos buscando un pasado
“El sábado 18 de mayo, un pequeño grupo de personas de Houston Unido (coalición de organizaciones y activistas que trabajan para promover los derechos de los inmigrantes), viajó a Falfurrias, Texas, para participar en un foro comunitario sobre muertes de migrantes”, comienza narrando el reportaje. Y añade: “El año pasado (por 2012) 129 inmigrantes murieron al cruzar la áspera maleza desértica cerca de Falfurrias, en su intento de caminar alrededor de la garita de la Patrulla Fronteriza”.
Al día siguiente, el 19 de mayo, se exhumaron 55 fosas del cementerio del Sagrado Corazón de Falfurrias en donde habían sido depositados cuerpos de migrantes fallecidos por el calor, la sed, la picadura de reptiles, hambre y debilitamiento al tratar de cruzar la frontera hacia el “sueño americano”.
Las tumbas –añade el reportaje del Trabajador Católico de Houston—habían sido marcadas con pequeñas placas de metal en las que se podía leer: “Restos desconocidos”; “Hombre desconocido, King Ranch” (el nombre de una finca donde se encontró el cadáver); “Mujer desconocida. Cantina Rch. 1162456”, etcétera.
“Sin embargo, dice el reportaje, estos inmigrantes sí fueron conocidos y amados por sus familias, amigos y comunidades”.
Producto de políticas inhumanas, en ambos lados
El Condado de Brooks, en Texas, contrató de forma temporal a un grupo de investigadores forenses de la Universidad de Baylor, para dirigir las exhumaciones e iniciar un análisis de ADN de los cuerpos. Rafael Hernández, integrante de la organización civil Ángeles del Desierto enfatizó que esta acción posibilita que “las familias de los migrantes desaparecidos puedan encontrar un poco de paz al saber lo que había sido de sus seres queridos”.
Según cifras oficiales del Departamento de Seguridad de Estados Unidos, en los últimos quince años han muerto al menos cinco mil personas en el intento de cruzar la frontera México-Estados Unidos. Otras organizaciones de activistas hablan de hasta siete mil 500 muertes de 1998 a la fecha. La frontera de Texas ha rebasado todas las previsiones y en 2012 si situó por encima de California, Arizona y Nuevo México con 271 muertes documentadas por la Patrulla Fronteriza.
“Las muertes en el sur de Texas son resultado de una serie de políticas que van más allá de la región. Estas políticas incluyen las reformas económicas que provocan la emigración de México y Centroamérica, las políticas de control fronterizo de Estados Unidos, la deportación y criminalización de los migrantes en los EE UU y las posibilidades limitadas de grandes grupos de migrantes para entrar en el país legalmente”, termina diciendo el reportaje.