Un huracán y una tormenta tropical arrasan zonas de México y EEUU
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El Papa manifestó su profunda pena por las dramáticas consecuencias del huracán “Ingrid” y de la tormenta tropical “Manuel” a su paso por México, que ha ocasionado decenas de fallecidos y numerosos heridos y daños materiales.
Un mensaje enviado al presidente de la conferencia episcopal mexicana por el secretario de Estado vaticano destaca que Francisco “ofrece fervientes sufragios por el eterno descanso de los fallecidos, al mismo tiempo que pide a Dios su consuelo a quienes sufren estas graves desgracias e incremente en todas las personas de buena voluntad sentimientos de fraterna solidaridad para colaborar decididamente en la reconstrucción de las zonas afectadas y ayudar de modo efectivo a cuantos están sumidos en el dolor y la desesperación”.
Días de zozobra
Una verdadera catástrofe se ha cernido sobre buena parte del territorio mexicano al confluir –en una coincidencia histórica—un huracán por el Golfo de México y una tormenta tropical por el Pacífico. Según autoridades de protección civil, el número de muertos por las tormentas y las inundaciones suma 80 personas.
Los daños han sido enormes, tanto así que la gran plancha del Zócalo de la capital de la República se ha habilitado como un centro gigantesco de recepción de ayuda para los cientos de miles de damnificados. Se calcula que las tormentas dejaron 1,2 millones de personas en estado de indefensión.
Del amor de Dios nace la ayuda a los otros
Recordando las palabras del Papa Francisco en el Ángelus del 4 de de agosto de 2013, “Aquel amor que viene de Dios… hace que nos ayudemos entre nosotros”, a nombre de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presidente y secretario de este organismo, el arzobispo de Guadalajara, cardenal Francisco Robles Ortega y el obispo auxiliar de Puebla, Eugenio Lira Rugarcía, respectivamente, han escrito una carta de urgencia para movilizar ayuda a los afectados por el paso de las tormentas “Manuel” e “Ingrid”.
Estas tormentas han ocasionado deslaves, inundaciones y severos daños materiales afectando a muchos mexicanos en Guerrero, Jalisco, Colima, Chiapas, Hidalgo, Nuevo León, Tamaulipas, Oaxaca, Michoacán, Nayarit, Veracruz, Colima, San Luis Potosí y Morelos.
“Ante esta situación, el Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano, al tiempo de invocar la ayuda divina, invita a los obispos, sacerdotes, diáconos, personas consagradas, fieles laicos y a todas personas de buena voluntad a solidarizarnos con quienes están sufriendo esta emergencia, apoyando las iniciativas que muchos señores obispos están organizando”.
En efecto, a lo largo del país se han multiplicado las solicitudes de donaciones, los centros de acopio y el desplazamiento de productos no perecederos, agua y medicamentos hacia los lugares más afectados, particularmente el Estado de Guerrero, con Acapulco como principal zona afectada, en la que quedaron varados miles de turistas que aún no han podido salir de ahí por el corte de los caminos, especialmente de la “Autopista del Sol” que conecta Acapulco con Ciudad de México.
Suman 39 mil los evacuados
Los obispos de la CEM han recordado que la mejor forma de acercar “la ayuda es a través del recurso económico, que facilita los apoyos y reactiva la economía local. Los donativos en especie se recomiendan sólo a las diócesis vecinas o zonas cercanas y que cuentan con los medios para su transportación”.
La Marina, el Ejército y la policía han evacuado a 39 mil personas en varias regiones, de las cuales 23 mil se encuentran en albergues repartidos en 254 municipios afectados, según informó el secretario de Gobernación Miguel Osorio Chong.
A través de los años y de las catástrofes que se han hecho sentir en México, sobre todo con los terremotos y los huracanes, la Iglesia católica –Cáritas de cada diócesis en especial—ha sido un gran banco de solidaridad y apoyo, especialmente a los más pobres (pues en México confluye, generalmente, la geografía del desastre con la geografía de la pobreza).
Se calcula que hay 77 municipios en situación crítica, entre ellos Acapulco, donde sólo tres mil de los 40 mil turistas varados han podido salir por aire a través de un “puente aéreo” establecido por las autoridades.
De hecho, el Gobierno continúa estos días con la habilitación de algunos vuelos de líneas comerciales y aviones militares para sacar a los turistas de Acapulco, donde también se han registrado algunos saqueos en tiendas.
La fuerza de la confianza en la Iglesia
Por eso es tan importante el mensaje de los prelados mexicanos quienes señalan que aquellos que deseen apoyar económicamente y requieran que su donativo sea deducible de impuestos, Cáritas Mexicana pone a su disposición su número de cuenta para la solidaridad en Emergencias: Cáritas Mexicana I.A.P. Cuenta No. 100. Clabe: 0021 8007 4600 0010 07 Banamex Sucursal. 746.
Para que les sea extendido su recibo deducible es importante que informen a la Institución sus datos fiscales y envíen imagen de su ficha de depósito a: emergenciascaritasmexicana@gmail.com Tel/fax: 01800-685-27-28; (55) 55 63 65 43 / 55 63 16 04.
Los obispos mexicanos terminan “encomendando a nuestros hermanos en necesidad a la protección de Santa María de Guadalupe, suplicamos al Señor que nos conceda a todos ser misericordiosos como nuestro Padre celestial es misericordioso”.
Las inundaciones también han afectado gravemente diversas zonas del Estado de Colorado, en los Estados Unidos. El arzobispo de Denver, monseñor Samuel Aquila, pidió oraciones y ayuda para los damnificados.