La guerra siria llega ahora a un punto decisivo con la amenaza de una escalada internacional ¿Cómo se ha llegado a este límite?
Las imágenes de violencia fratricida en Siria nos sacuden a diario desde hace meses. Desde 2011, fuertes movilizaciones sociales han reivindicado cambios en todo el mundo árabe buscando una salida hacia la modernidad. Una vía fuertemente condicionada por las contradicciones internas y los intereses de las grandes potencias. Un proceso con profundas raíces en el último siglo, desde la caída del Imperio Otomano, y con un pronóstico incierto en Libia, Túnez, Egipto… La guerra siria llega ahora a un punto decisivo con la amenaza de una escalada internacional ¿Cómo se ha llegado a este límite? ¿Cómo afecta a la estabilidad regional y global? ¿Qué implicaciones éticas y jurídicas conlleva?
1. El Papa Francisco contra la “espiral de pena y muerte”.
El siete de septiembre una enorme multitud pluriconfesional se congregó en la Plaza de San Pedro con un único propósito, orar y ayunar por la paz en Siria, lo que equivale a invocar la paz en el mundo. El llamamiento tiene una singular relevancia por varias razones. La primera, la larga tradición eclesial en contra de la guerra como instrumento para la solución de los conflictos.
Un historial con luminosos precedentes como Benedicto XV y la esencial Pacem in Terris de Juan XXIII. Aquella encíclica comenzaba con una definición de la paz como máximo deseo humano, estrechamente vinculado al orden pautado en la ley de Dios. Paz unida indisolublemente a la justicia y a la libertad.
El papa Francisco señalaba la raíz del problema en la responsabilidad mutua y en la conciencia del verdadero sentido de la convivencia entre los pueblos. Es la responsabilidad cainita a la que conduce la ausencia de empatía, el egoísmo y la espiral negativa asociada a la guerra. No una fatalidad, sino un grave error.
La Iglesia ha puesto siempre su impulso proactivo, diplomático y pastoral al servicio de la paz universal, fomentando el diálogo. Pero no como llamamiento retórico o de parte. La voz del Santo Padre es escuchada, tiene repercusión mundial, porque es muy singular. Aúna la defensa inequívoca de los derechos humanos, la condena taxativa de sus violaciones, con un rechazo radical al uso de la fuerza como salida habitual y aceptable para la resolución de los conflictos.
Es una voz única porque no se basa en razones materiales, económicas o de Estado. Es una defensa inequívoca de los perseguidos, como los dos millones de refugiados que tuvieron que abandonar su patria en esta guerra. La fuerza de Juan, de Pablo, Juan Pablo o Francisco radica en servir a la construcción del Reino, enfrentando dificultades muy graves de su tiempo.
Referencias:
JUAN XXIII: Carta Encíclica Pacem in Terris. Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad, 11-IV-1963, en: http://www.vatican.va/holy_father/john_xxiii/encyclicals/documents/hf_j-xxiii_enc_11041963_pacem_sp.html
Homilía del Santo Padre Francisco, vigilia de Oración por la Paz, Roma, 7-IX-2013, en: http://www.vatican.va/holy_father/francesco/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130907_veglia-pace_sp.html
2. Siria 2011-2013, mucho más que una guerra civil.
En 2011, el denominado ejército libre de Siria aglutinó la oposición al régimen y dio cuerpo a la resistencia que aspiraba a derrocarlo. Lo que comenzaba como una revuelta popular similar a la de sus homólogos árabes, acabó convirtiéndose en una guerra civil abierta y de resultado impredecible. En 2012, la rebelión se hizo con algunos bastiones, como Alepo y Homs, lo que dio lugar a fuertes represalias del Ejército y a una creciente tensión con la vecina Turquía. Incluso, los combates llegaron a las inmediaciones de Damasco, provocando nuevos bombardeos y atentados.
El régimen ha mantenido un férreo control del país a través de la dinastía Al-Asad, Hafed (1970-2000) y su hijo Bashar (2000- ). Formalmente la ideología de la República Árabe Siria procede del gobernante Partido Árabe Socialista Baaz (Renacimiento) en el poder desde el golpe de 1963. De inspiración laica, defendía un nacionalismo panárabe. Sin embargo, esta modalidad internacionalista acabó adoptando perfiles locales como en el Irak de Saddam Hussein (1979-2003).
Muchos dentro del país habían cuestionado la legitimidad de Bashar para heredar el poder y mantenerlo, a pesar de los discutidos referendos plebiscitarios de 2000 y 2007. Las promesas de reformas democratizadoras y de apertura a Occidente, tenían un carácter táctico que no varió sustancialmente la naturaleza del régimen, ni su alineación internacional.
La composición mayoritariamente árabe islámica del país, no debe ocultar su diversidad, lo que hace más grave la fractura interna. Los Al-Assad pertenecen a la minoría alawí (no confundir con la dinastía marroquí), rama cercana al chiismo, frente a la mayoría sunní de la población. Además existen otros grupos significativos como los kurdos (Partido de la Unión Democrática), cristianos y los drusos. Así, el control del poder estatal por una facción sectaria ha sido considerado ilegítimo por los sectores marginados.
Algo similar al descontento de la mayoría chií en el Irak baazista. La oposición ha tratado de buscar una plataforma unitaria con el objeto de mejorar su eficacia bélica y recabar el soporte exterior. En 2011, con el Consejo Nacional Sirio con el apoyo de Ankara y un reconocimiento limitado. En 2012, con la Coalición Nacional Siria de Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (CNFORS).
Sus luchas internas no han evitado un amplio reconocimiento como el "único representante del pueblo sirio y como el futuro gobierno de una Siria democrática que permita poner fin al régimen”. Primero Francia y Turquía, y luego la mayor parte de la comunidad internacional con las significativas excepciones de Rusia y China. En otros términos, la guerra es desde su comienzo mucho más que un conflicto interno, las ramificaciones de ambos bandos han complicado extraordinariamente una salida pactada.
Referencias:
LESCH, D. W.: Syria: The fall of the house Assad, Yale University Press, 2012.
SOHAIL H. HASHMI is Professor of International Relations and Alumnae Foundation Chair in the Social Sciences at Mount Holyoke College. JON WESTERN is Carol Hoffmann Collins Professor of International Studies and Five College Professor of International Relations at Mount Holyoke College and the Five Colleges, Inc.
close
HASHMI H. S y WESTERN J.: “A taboo worth protecting. Chemical weapons are indiscriminate and that’s why they be should be outlawed”, Foreign Affairs, 09-IX-2013 en: http://www.foreignaffairs.com/articles/139913/sohail-h-hashmi-and-jon-western/a-taboo-worth-protecting
3. El revuelto ajedrez de Oriente Próximo.
Por su posición estratégica en el Mediterráneo oriental, Damasco desde la era Omeya ha tenido un papel relevante en el equilibrio de fuerzas del mundo árabe islámico. En este sentido el episodio actual, también puede encuadrarse en la dinámica regional resultante de la descolonización posterior a 1945. En particular, a través del inacabado conflicto con Israel y de las alianzas estratégicas por una disputada hegemonía.
De un lado, Siria mantiene una creciente rivalidad con Turquía, país miembro de la OTAN, que ha evitado la extensión del conflicto; también con una vertiente derivada del nacionalismo kurdo. Por otra parte, Irán, principal potencia chií, se mantiene alineada con Al-Asad, con la cuestión de fondo de su posible desarrollo de la bomba atómica. Este factor hace que la oposición haya recabado el sostén financiero y armamentístico de las potencias sunníes rivales, Arabia Saudí y Catar. Algo visible en las conferencias organizadas por el “grupo de amigos de Siria” en Ginebra en 2012 y 2013.
Asimismo existe un grave riesgo de contagio a Líbano, país en el que Siria ha mantenido una larga y controvertida presencia militar, recientemente concluida. Incluso, con la acusación de que el régimen sirio estuvo implicado en el magnicidio del presidente Hariri (2005). Como demuestra la devastadora guerra de 2006, la inestabilidad libanesa atañe también al factor Hezbolá, guerrilla chií apoyada por Siria e Irán, arraigada en el sur y en permanente hostilidad contra Israel.
Precisamente este país, aliado de Estados Unidos, quiere evitar un nuevo foco que se sume a la inestabilidad egipcia. Y en particular, un vuelco que amenace su posición en los Altos del Golán. Territorio sirio ocupado desde 1973 y que considera vital para la defensa del norte. Esta agitación regional está afectando a las minorías, en particular las comunidades cristianas, que están sufriendo un deterioro de su seguridad y de su estatus. Y ahora con una creciente amenaza de la violencia sectaria, un radicalismo homogeneizador y liberticida.
Referencias:
ASSAF, T.: “Occidente camina hacia el suicidio si interviene en Siria”, Aleteia.org, 4-IX-2013 en: http://www.aleteia.org/es/politica/entrevistas/occidente-camina-hacia-el-suicidio-si-interviene-en-siria-3850001
CORPAS, M. A.: ¿Por qué en los países musulmanes se persigue a los cristianos? Aleteia.org, 19-IV-2013 en: http://www.aleteia.org/es/politica/q&a/por-que-en-los-paises-musulmanes-se-persigue-a-los-cristianos-1040001
4. Un orden internacional en cuestión
El desencadenante de la situación actual ha sido la utilización de armamento químico contra población civil por las fuerzas del régimen. Una acción taxativamente prohibida por la legislación internacional (Chemical Weapons Convention, Ginebra 1992). Y de triste recuerdo en múltiples contextos tales como la Primera Guerra Mundial o la represión anti kurda de Saddam Hussein.
El presidente Obama se ha encontrado en una posición incómoda. De un lado, ha encontrado una fría reacción en el legislativo para respaldar una represalia. De otro, ha marcado como probado el uso de armas químicas. Una “línea roja” que exige una respuesta proporcionada, pero contundente. Múltiples tensiones contradictorias entre sí marcan este contexto. Entre ellas, mantener el estatus de superpotencia única garante del orden establecida en 1989. Asimismo, rebajar la escalada que se iniciara en el 11-S con las costosas, en vidas y recursos, ocupaciones de Afganistán e Irak.
Por otra parte, garantizar la seguridad de Israel. Recuérdese su apoyo en 2007 al bombardeo israelí contra un barco norcoreano fondeado en Siria cargado de material de uso bélico. También fortalecer la alianza con Europa. Sólo Francia, antigua potencia colonial, se ha mostrado más proclive a la intervención. En el Reino Unido, Cameron sufrió una imprevista derrota parlamentaria el 30 de agosto; el resto fueron reacciones tibias.
Por su parte, la ONU ha hecho continuos llamamientos para buscar una salida negociada. No obstante el bloqueo ruso y chino ha impedido una posición común. Ni siquiera, obtuvo el 3-VIII-2012 el voto ruso, chino, cubano, venezolano o iraní en la Asamblea General, a pesar de que el texto condenaba también los abusos cometidos por la oposición. Rusia ha aprovechado para ofrecer una última oportunidad a la diplomacia el 9-IX-2013. El control del arsenal químico a cambio de la no intervención militar americana. Una salida difícil, pero que les permitiría conservar en el puerto de Tartus su única base exterior.
Referencias:
UNITED NATIONS (UNODA), United Nations Office for Disarment Affairs, Chemical Weapons, en http://www.un.org/disarmament/WMD/Chemical/