Lo que no es posible para los hombres es posible para Dios
Toda la Iglesia vive una tensión de comunión y oración para frenar los vientos de guerra. También sus movimientos se están “movilizando” en esta única e indivisa tensión.
Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, ha declarado: “El Papa apela a la exigencia de paz que anida en el corazón de cada hombre para dirigir un dramático llamamiento por la paz en Siria, y al mismo tiempo, ofrece un criterio para afrontar el conflicto: no es el uso de la violencia lo que trae la paz, sino el encuentro y la negociación. Sólo se podrá alcanzar una solución pacífica si todos miramos al otro no como un enemigo a eliminar, sino como un hermano. Acojamos esta invitación urgente del Papa y sostengamos su grito ¡Nunca más la guerra! Un llamamiento que nace de lo más profundo de mí mismo, uniéndonos a su oración en Roma, adhiriéndonos a las iniciativas de las diócesis en todo el mundo”.
Por su parte, la presidenta del Movimiento de los Focolares, Maria Voce expresa desde Amán: “Dos palabras se imponen en estas horas extremadamente dramáticas y peligrosas: empeño total en el responder al Papa Francisco con la oración y el ayuno, y agradecimiento por haber dado voz a los corazones de millones de hombres de todos los credos y de pueblos de todas las latitudes”. Además, los miembros de los Focolares tienen una cita cada día a las 12 del mediodía y en los 194 países con el Time Out. Un momento, explica Maria Voce: “para ponernos ante Dios y a su servicio, para que nos pueda usar como instrumentos de paz en todos nuestros países”.
Un gesto de unidad será también poder pronunciar la misma oración del Papa, que reza así: “Dios de misericordia, escucha el clamor del pueblo sirio, conforta a los que sufren a causa de la violencia, consuela a los que lloran a sus difuntos, convierte los corazones de los que han tomado las armas, protege a los que se han comprometido con la paz. Dios de la esperanza, inspira a los líderes para que escojan la paz en lugar de la violencia y busquen la reconciliación con sus enemigos”.
¿Quién sabe? Lo que no es posible para los hombres es posible para Dios, nos dijo Jesús. Y también nos dijo: “cualquier cosa que pidáis al Padre en mi nombre os lo concederá”. Nos ponía una sólo condición: estar unidos en su nombre para que sea él mismo el que esté en medio de nosotros, el Príncipe de la Paz.