Cobertura sanitaria universal: Logros y fracasos

Unos 150 millones de personas se arruinan al año en el mundo por pagar un tratamiento médico; otros mueren por no poder pagarlo. Lo refleja el Informe anual 2013 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lleva por subtítulo “Investigaciones para una cobertura sanitaria universal”.

Según el Informe, “casi la mitad de las personas infectadas por el VIH que podrían someterse a un tratamiento antirretroviral seguían sin recibirlo en 2011”.

“La salud no debería depender del bolsillo de cada uno”, declaraba la directora de la OMS, Margaret Chan, el pasado 15 de agosto al presentar el informe.

También el presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), José María Simón, señalaba hoy a Aleteia que “es bueno que todos los seres humanos dispongan de atención sanitaria asequible básica, bien sea pública, privada, mutual o mixta”.

“Los poderes públicos nacionales, regionales o internacionales deberían facilitar el acceso a la misma”, añadía Simón. En este sentido, la OMS destaca en su estudio que “se ha avanzado mucho en la prestación de servicios de salud y en la protección contra los riesgos económicos” desde 2005, cuando todos los Estados miembros de la OMS asumieron el compromiso de alcanzar la cobertura sanitaria universal.

Por ejemplo, se han reducido considerablemente las defunciones posneonatales en el mundo desde el año 1990, aunque todavía fallecieron casi 7 millones de menores de cinco años en 2011.

Entre los servicios sanitarios a los que las personas deberían poder acceder, se encuentran, según el representante de las asociaciones de médicos católicos, la atención dental (“¡Los dientes son parte del cuerpo humano, del aparato locomotor!”, exclama Simón) y la ayuda natural a la fertilidad. 

La FIAMC está preocupada especialmente por la atención obstétrica a las madres en el África subsahariana. Por ello ha organizado el congreso “Catolicismo y cuidado de la salud materna”, que se celebrará en Roma del 18 al 22 de septiembre.

El congreso abordará la nueva evangelización, la práctica de la obstetricia y el cuidado de las madres. En su presentación, las asociaciones de médicos católicos del mundo destacan la necesidad de valorar la importancia de la maternidad en el mundo contemporáneo.

Y señalan la necesidad, para ello, de que los obstetras católicos sean médicamente competentes, estén convencidos de los beneficios para sus pacientes de la enseñanza católica sobre la ética,  aprecien la importancia social de la maternidad y sientan compasión por las madres y familias que sufren por engendrar y educar a sus hijos.

También el Papa Francisco apeló a las conciencias sobre la necesidad de una cobertura sanitaria universal al tuitear, el sábado pasado: “No podemos dormir tranquilos mientras haya niños que mueren de hambre y ancianos sin asistencia médica”.