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Manos Unidas denuncia, en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas “la pobreza, marginación y violencia que sufren los indígenas en numerosos lugares de América” y explica sus líneas de actuación por su auto-desarrollo.
Entre las reivindicaciones de las que se hacen eco se encuentra la reclamación de “su derecho a formar parte de la sociedad desde el respeto a sus diferentes culturas y tradiciones” y consideran grupos de población prioritarios a “los indígenas de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú”.
En la nota, enviada a los medios de comunicación, Manos Unidas muestra cómo en Paraguay “el 45% de las comunidades indígenas siguen sin poseer título definitivo de propiedad; en Guatemala, “el 75% vive en pobreza y el 30% en pobreza extrema” y en Brasil “el número de asesinatos de indígenas ha sido de 563 muertes”.
Para Manos Unidas el origen de esta violencia se encuentra en “la omisión y retraso de la regularización de las tierras indígenas”, “el confinamiento de grandes poblaciones en pequeñas reservas” y “la degradación ambiental de las tierras para extraer recursos como la madera, la minería y la pesca”.
Según explica esta ONG católica la prioridad se encuentra en “la lucha por el territorio”, “.La defensa de los recursos naturales”, “la necesidad de rescatar y valorar la cultura tradicional”, “el acceso a la vivienda digna”, “el acceso a la educación”, “la defensa de los derechos civiles y políticos”, “el acceso a la justicia” y “la soberanía alimentaria”.
La Iglesia y la defensa de los indígenas: el Documento de Aparecida
“Es de sobra conocido que la lucha por la defensa de estos pueblos supone, en muchas ocasiones y lugares como México, Ecuador, Guatemala o Brasil, amenazas de muerte a aquellas asociaciones religiosas y laicas, misioneros y religiosos, que defienden a los pueblos indígenas en todo el mundo”, explica Manos Unidas, que muestra que “eso no desalienta a las personas y organizaciones que luchamos por la defensa de los derechos de los indígenas.”
La última visita del Papa Francisco a Brasil con motivo de la JMJ ha vuelto a poner de manifiesto el contenido del documento de Aparecida y ha supuesto un aldabonazo para la labor que realizar esta ONG, porque muestra que “contemplar los rostros de quienes sufren es contemplar “a las comunidades indígenas, que, en muchas ocasiones, no son tratadas con dignidad e igualdad de condiciones”.
“Hoy, los pueblos indígenas y afros están amenazados en su existencia física, cultural y espiritual; en sus modos de vida; en sus identidades; en su diversidad; en sus territorios y proyectos”, explica Manos Unidas, haciendo suyo el documento de Aparecida, “sufren graves ataques a su identidad y supervivencia, pues la globalización económica y cultural pone en peligro su propia existencia como pueblos diferentes”.
Finalizan su comunicado con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas explicando que “desde la Iglesia y a través de numerosas asociaciones, ONG acompañamos a los pueblos indígenas y originarios en el fortalecimiento de sus identidades y organizaciones propias, la defensa del territorio, una educación intercultural bilingüe y la defensa de sus derechos”.