Hace pocos días, el vaticanista Andrea Tornielli dejaba en claro, en su blog, que buena parte del programa del pontificado del Papa Francisco podría leerse en el documento de Aparecida. Y es verdad, como lo ha ido apuntando Aleteia en diversas entrevistas y análisis previos a la Jornada Mundial de la Juventud.
En el camino de Roma a Río de Janeiro, en lo que fue la exposición general del Papa Francisco a los periodistas, quedó muy clara la preocupación del Pontífice sobre el sistema económico actual que, por lo menos en América Latina, ha propiciado un boquete enorme en el empleo de los jóvenes.
De acuerdo con versiones de los periodistas que acompañaron al Papa Francisco en su primer viaje internacional, ahora mismo “corremos el riesgo de tener una generación que no tenga trabajo”. Además el Papa exigió devolver la importancia del trabajo en la dignidad de la persona.
¿Cómo se encuentra el desempleo juvenil en América Latina y El Caribe? Si bien es cierto que los niveles de desocupación juvenil en el nuevo continente no son del todo conocidos por los medios de comunicación, lo son para el Papa Francisco, sobre todo porque muestran que la tasa de desempleo juvenil en el nuevo continente está por encima de la tasa media de desempleo del resto del mundo.
De acuerdo con cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los jóvenes en América Latina y el Caribe alcanzan una tasa de desempleo de 14.4%, contrastada contra el 12.7% que es la media mundial. Esto genera falta de oportunidades, carencia de esperanza, desilusión y es el caldo de cultivo de las bandas de narcotraficantes, de las pandillas y de las bandas de tráfico de personas, aumentando, también los fenómenos migratorios internos y externos.
Cabe destacar que el desempleo de los jóvenes en América Latina y El Caribe duplica la tasa de desempleo general (que ronda el 7% de la población económicamente activa) y triplica la tasa de desempleo de los adultos (4.5%). El desafío que enfrentan los países de la región es enorme, sobre todo si se considera que el pico más alto de la escala poblacional es, justamente, el de los jóvenes.
Aproximadamente 7 millones de jóvenes entre 15 y 24 años están desempleados en la región, y cerca de 20 millones no estudian, ni trabajan, ni buscan empleo. Además, quienes lo tienen en un 67% no cuenta con protección social.
Las propuestas de Aparecida
Los obispos y laicos reunidos en Aparecida (Mayo de 2007), bajo la conducción, en el texto final, del entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, atentos a esta problemática y ante los desafíos y retos que enfrentan los jóvenes en América Latina y El Caribe, propusieron algunas líneas de acción que fueron las siguientes:
a) Renovar, en estrecha unión con la familia, de manera eficaz y realista, la opción preferencial por los jóvenes, en continuidad con las Conferencias Generales anteriores, dando nuevo impulso a la Pastoral de Juventud en las comunidades eclesiales (diócesis, parroquias, movimientos, etc.).
b) Alentar los Movimientos eclesiales, que tienen una pedagogía orientada a la evangelización de los jóvenes, e invitarlos a poner más generosamente al servicio de las Iglesias locales sus riquezas carismáticas, educativas y misioneras.
c) Proponer a los jóvenes el encuentro con Jesucristo vivo y su seguimiento en la Iglesia, a la luz del Plan de Dios, que les garantiza la realización plena de su dignidad de ser humano, les impulsa a formar su personalidad y les propone una opción vocacional específica: el sacerdocio, la vida consagrada o el matrimonio. Durante el proceso de acompañamiento vocacional se irá introduciendo gradualmente a los jóvenes en la oración personal y la lectio divina, la frecuencia de los sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación, la dirección espiritual y el apostolado.
d) Privilegiar en la Pastoral de Juventud procesos de educación y maduraciónen la fe, como respuesta de sentido y orientación de la vida, y garantía de compromiso misionero. De manera especial, se buscará implementar una catequesis atractiva para los jóvenes que los introduzca en el conocimiento del misterio de Cristo, y se buscará mostrarles la belleza de la Eucaristía dominical, que los lleve a descubrir en ella a Cristo vivo y el misterio fascinante de la Iglesia.
e) La Pastoral de Juventud ayudará a los jóvenes a formarse, de manera gradual, para la acción social y política y el cambio de estructuras, conforme a la Doctrina Social de la Iglesia, haciendo propia la opción preferencial y evangélica por los pobres y necesitados.
f) Urgir la capacitación de los jóvenes para que tengan oportunidades en el mundo del trabajo, y evitar que caigan en la droga y la violencia.
g) En las metodologías pastorales, procurar una mayor sintonía entre el mundo adulto y el mundo juvenil.
h) Asegurar la participación de jóvenes en peregrinaciones, en las Jornadas nacionales y mundiales de Juventud, con la debida preparación espiritual y misionera, y con la compañía de sus pastores.
Quizá no estuviera en la mente de los prelados y de los laicos el 2013 y la JMJ en Río, pero no podría haber resultado una ocasión más idónea como ésta para llevar a cabo las líneas de acción con los jóvenes propuestas por Aparecida.
Por eso, el Papa Francisco fue tan enfático en el viaje sobre el Océano Atlántico: o concebimos una oportunidad general para los jóvenes del mundo, con especial énfasis en los de América Latina y El Caribe, o tendremos en puerta una generación perdida.
Hoy celebramos a...