El país se había distinguido hasta ahora por su legislación en defensa de la vida
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La Cámara Baja del Parlamento irlandés ha aprobado en la noche de este jueves, 11 de julio, la nueva ley del aborto, que permite la "interrupción del embarazo" bajo determinadas circunstancias, incluyendo la amenaza de suicidio por parte de la madre.
En la actualidad el aborto es ilegal en Irlanda salvo cuando la vida de la madre corra peligro, cuestión sujeta a la interpretación de los médicos, que normalmente tienden a negarse a practicar abortos por miedo a consecuencias legales o por convicciones religiosas.
Ahora, tras más de dos días de intenso debate, el Gobierno de coalición de los conservadores del Fine Gael(FG) y los laboristas ha sacado adelante su texto con los votos a favor de 127 diputados y 31 sufragios en contra, si bien ambos partidos obligaron a sus diputados a votar por la ley, que se espera entre en vigor antes del próximo 18 de julio.
La nueva ley sustituirá así a la actual legislación, que permite el aborto en circunstancias muy limitadas con directrices muy vagas recogidas en la Constitución.
"Claridad y certeza"
El primer ministro irlandés, el conservador Enda Kenny, ha reconocido que la nueva legislación "no modifica apenas" la situación actual ni "los derechos" de la "madre y del no nacido", aunque sí ofrece "claridad y certeza" sobre las "circunstancias muy específicas" que permitirán practicar un aborto.
El texto propone ahora que las "interrupciones del embarazo" en casos no considerados "de urgencia" se practiquen en unidades de ginecología del servicio público de salud, después de que dos médicos certifiquen que existe un "riesgo sustancial y real" para la vida de la madre.
Si se trata de una emergencia, un solo médico podrá decidir si es necesario practicar un aborto para salvar la vida de la embarazada.
No obstante, los médicos irlandeses podrán negarse a practicar un aborto por "objeción de conciencia", si bien el hospital seguirá estando obligado a ofrecer la interrupción del embarazo en casos pertinentes.
"Abortos a la carta"
Sin embargo, no son pocos los diputados conservadores que argumentan que la inclusión de la amenaza de suicidio como motivo para abortar abrirá la puerta en Irlanda a lo que denominan "abortos a la carta".
A este respecto, el proyecto de ley propone que un comité de tres expertos, compuesto por dos psiquiatras y un obstétrico, evalúe a través de un historial y entrevistas el estado de salud físico y mental de la madre, quien no será interrogada por los tres a la vez, tal y como querían los laboristas, para evitar dar un aire inquisitorial al proceso.
Si los expertos dan luz verde, será la madre la que decida seguir adelante con una interrupción, pero si ésta es denegada ella será la única que podrá apelar la decisión ante otra instancia médica compuesta por tres especialistas.
Entre los 31 diputados que se opusieron a la ley figuran políticos progresistas, que consideran que seguirá siendo una de las más restrictivas de Europa, lo que no evitará, dicen, que más de 4.000 irlandesas viajen cada año al Reino Unido para someterse a un aborto, según revelan cifras oficiales británicas.
Además, consideran que el texto continuará "criminalizando" esta práctica, pues propone penas de cárcel de hasta 14 años tanto para el profesional médico como para la madres que sigan un procedimiento antirreglamentario.
En el bando opuesto, la principal damnificada por su oposición a la ley ha sido la secretaria de Estado para Asuntos Europeos, la conservadora Lucinda Creighton, quien dimitió de su cargo y ha sido expulsada del Fine Gael por votar en contra de la cláusula referida al suicido, la misma suerte que han corrido otros seis correligionarios.
Durante el debate, la ministra había insistido en que el aborto "nunca puede convertirse" en "un tratamiento médico" para las embarazadas que pidan matar a sus hijos no nacidos porque tengan tendencias suicidas.
En ese sentido, pidió que para estos casos se ofrezcan "terapias alternativas" antes de llegar a la decisión de practicar un aborto.