El joven se ha convertido en símbolo de la injusticia sufrida por los opositores a la Ley Taubira
Quedó libre tras cuatro horas de proceso de apelación, una duración excepcionalmente larga para unos hechos así. Nicolas Buss, de 23 años, no ha vuelto a la cárcel de Fleury-Mérogis, donde estuvo preso tres semanas.
Los opositores a la Ley Taubira -que ha legalizado el “matrimonio homosexual” en Francia- han expresado su satisfacción. El estudiante se ha convertido en símbolo suyo, y también de la represión policial.
Seguido por numerosos periodistas y abogados, el proceso se desarrolló en un ambiente tenso. El joven estudiante se mostró, según los periodistas, a veces desenvuelto, a veces rebelado contra su propia situación, pero en ningún momento desestabilizado ni arrogante.
Nicolás está libre, pero ha sido reconocido culpable del conjunto de los hechos que se le imputan: “participación en una reunión sin arma después de advertirle que se dispersara”, “proporcionar una identidad imaginaria” y “rebelión”. Ha sido condenado a 3.000 euros de multa de los que se le han suspendido 1.500.
Por tanto, libre pero no declarado inocente. Para sus abogados, la satisfacción no es plena y están pensando en recurrir para que el joven pueda responder totalmente a los hechos que se le imputan y que ellos consideran contestables.
En un comunicado, el joven da las gracias a sus padres, “que han mostrado una gran dignidad en este delicado contexto”, así como a sus abogados, entre otros, y destaca su voluntad de “volver a una vida de estudiante serena”.
Por su parte, sus padres mostraron su alegría por la liberación de Nicolás, “que vemos como un signo de paz”. En un texto enviado al diario La Croix, expresaron su deseo de que su hijo “pueda volver con serenidad a su vida de estudiante”.