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Los inmigrantes de América Latina son una bendición para EE.UU.

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Jaime Septién - publicado el 01/07/13

Habla monseñor Gómez, arzobispo de Los Ángeles

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Monseñor José Horacio Gómez, arzobispo de Los Ángeles, ha respondido al semanario Our Sunday Visitor un largo cuestionario sobre el tema de la inmigración y el futuro de Estados Unidos.  Considerado uno de los cien líderes hispanos más influyentes en la nación americana, el arzobispo Gómez, nacido en Monterrey (México) es el encargado del comité de migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.

La tesis del libro y de la acción de monseñor Gómez, quien antes fue auxiliar de Denver y arzobispo de San Antonio, es que hablar de inmigración es hablar de algo más que inmigración, puesto que “el tema de la inmigración (en Estados Unidos) durante el siglo XXI hace sentido cuando se entienden los orígenes de nuestro país”.

No olvidar el componente católico

Estados Unidos es una nación de inmigrantes, pero se ha dado mucha mayor difusión a la inmigración protestante europea.  Sin embargo, dice monseñor Gómez en la entrevista, la inmigración latina sobre todo hacia el suroeste del país y luego la inmigración de otros países, han hecho a Estados Unidos ser lo que es, “por lo que creo importante para nosotros no olvidarlo, especialmente el componente católico de nuestro país”.

Tal como se realizó la integración de los alemanes, los italianos, los irlandeses, los afroamericanos y los americanos nativos “ahora nos encontramos –en un sentido figurado– en una encrucijada pues tenemos muchos latinos que son parte de nuestro país; en el caso de los católicos –aseguró el arzobispo de Los Ángeles—más de 50 por ciento de los católicos mayores de 18 años son latinos”.

Otra de las tesis de monseñor José Horacio Gómez es que Estados Unidos necesita reescribir su historia y aprender de la inmigración.  Los valores que originaron Estados Unidos como la familia, la fe, la comunidad, el respeto a la ley “son esenciales, pero los nuevos inmigrantes tienen algunos de esos valores y una vez que han llegado aquí los integran fácilmente a su vida”.

“Algunos de esos valores vienen de la fe católica –aseguró monseñor Gómez—y creo que es importante recordarlo (…) pues el reto es no perder los valores católicos”.

Un camino para la ciudadanía

Para quien podría convertirse en el primer cardenal latino en la historia de la Iglesia católica en Estados Unidos, “en gran cantidad de inmigrantes que vienen de América Latina, esos valores están profundamente enraizados en su cultura: la familia y la fe”.

Cuando era obispo auxiliar de Denver, monseñor Gómez, junto con el actual arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, inauguraron la Asociación Católica de Líderes Latinos, que ahora dirige monseñor Gómez.  “Hay muchos profesionistas latinos –sostuvo en la entrevista–  que tienen los mismos valores y es importante para ellos que sientan que la Iglesia es parte de sus vidas”.

Sobre el sentimiento de que la gente del sur de la frontera es diferente a la del norte, monseñor Gómez asegura que se trata de un sentimiento producto no de la razón sino del miedo y de una falta de comunicación que, por supuesto, no debe reproducirse en las parroquias.

“La cuestión básica –apunta monseñor Gómez, quien se ha distinguido dentro del episcopado norteamericano por fomentar una reforma integral completa y comprehensiva—que estamos tratando de ayudarle a la gente a entender, especialmente a los políticos, es que debería haber un camino para obtener la ciudadanía; si no lo hay estaríamos creando una subclase de personas que realmente va en contra de los principios básicos de nuestro país”.

Además, en segundo lugar pero no menos importante, según monseñor Gómez, está la unidad de la familia: “es importante para nosotros promoverla porque la gente que viene a este país, viene buscando un empleo para ayudar a sus familias y hacer más por ellas”.  Y en tercer lugar, “es la obtención de alguna clase de visado para la gente que ya trabaja aquí”.

Sin dejar de lado la soberanía de Estados Unidos para proteger sus fronteras, “se necesita ser razonables”.  El arzobispo de Los Ángeles, la tercera ciudad con mayor número de mexicanos, solamente detrás de la Ciudad de México y Monterrey, en territorio mexicano, es tajante al rechazar un muro en la frontera entre EE UU y México: “los muros no funcionan; ya lo vimos en Europa.  Lo que necesitamos, desde mi punto de vista, es un sistema razonable para los movimientos de la gente”.

La mayor parte de los que vienen son personas buenas

Sobre el tema del temor estadounidense por el tráfico de drogas desde México, monseñor Gómez reparó en que “la mayor parte de las personas que vienen a este país son personas buenas: las tenemos nosotros en la escuelas y en las parroquias; obviamente hay gente mala, que no tiene ninguna razón para venir a nuestro país, pero son la minoría”.  Actualmente hay 11 millones de inmigrantes ilegales en Estados Unidos, “la mayoría de ellos son personas buenas”.

Finalmente, a la pregunta de la editora del semanario Our Sunday Visitor, Gretchen R. Crowe sobre si monseñor Gómez considera parte de su misión el proteger a los inmigrantes y a sus familias, el arzobispo de Los Ángeles asegura que sí “porque siento que esa es la misión de la Virgen de Guadalupe”.

“Cuando fui ordenado sacerdote y luego obispo, sentí que mi misión era traer a la gente de este país el hermoso mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe, el cual es un mensaje de amor de Dios y de nuestra Madre bendita a toda los pueblos del continente americano.  Pienso que parte de mi misión es, precisamente, ayudar a la gente a entender como los inmigrantes, especialmente los que proceden de América Latina, son una bendición para este país”, concluyó diciendo monseñor Gómez.

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