Muchos de los embriones que no se implantan inmediatamente en el útero mueren; de los que sobreviven, algunos sufren modificaciones epigenéticas que dan lugar a varias enfermedades. Lo explica el doctor en Ciencias Biológicas Nicolás Jouve en una entrevista publicada el 15 de junio en El Comercio de Lima y recogida por la web del Centro de Estudios Católicos.
“El ambiente que es el claustro materno no es reproducible artificialmente –explica el experto, que fue presidente de la Sociedad Española de Genética-. Cualquier variación fisiológica en nutrientes, en hormonas, en temperaturas o en lo que sea, todos los elementos extraños a lo que es una fecundación natural pueden alterar la entrada de funcionamiento de genes de los que depende el desarrollo, de tal manera que pueden dejar de expresarse con la intensidad que lo deben hacer o pueden incluso sufrir lo que se llaman modificaciones bioquímicas”.
Desde el punto de vista bioético, para Jouve “probablemente el más grave problema de la FIV es la acumulación de embriones que no se implantan y, quizá para tranquilizar conciencias, se crío-conservan. Pero la crío-conservación es muy traumática pues solo pueden ser revitalizados aproximadamente un 60% de los embriones. Los demás se pierden y son muchos. La viabilidad de los que sobreviven también es bastante menor: es un 60 o 70% como mucho respecto a los embriones que se implantan apenas concebidos”.
Muchos de los embriones crío-conservados sufren modificaciones epigenéticas que dan lugar a ciertas enfermedades, según Jouve: “Está el síndrome de Angelman que es un efecto epigenético que determina niños muy delgaditos con muy poca actividad; el de Beckwith-Wiedemann que afecta el sistema nervioso; o patologías de tipo cancerígeno infantil”.
La afirmación de Jouve se basa en diversos estudios de pediatría y estadísticas, como uno realizado en más de 20.000 casos en Suecia y Dinamarca, que muestra que hay más niños con estos problemas entre los que nacen de la fecundación in vitro que entre los que nacen por fecundación natural.
Por otra parte, el experto considera que “la clonación humana es un fracaso”, y “no porque se haya intentado y no ha salido, sino porque creemos que ni siquiera se ha intentado”.
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