Hoy el venezolano reza más que nunca ante la situación del país, según la periodista Macky Arenas
Macky (María Cristina) Arenas es periodista de larga trayectoria, vive en Caracas, Venezuela, y lleva adelante un servicio de noticias clave para entender la actualidad católica venezolana: el Reporte Católico Laico (RCL), que se define a sí mismo como “un grupo de laicos orgullosos de ser católicos”.
Egresada de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, tiene estudios de Filosofía Política en Toulouse, Francia y ha llevado seminarios de Política, Comunicación y Organización Electoral en Cleveland, Ohio. USA.
El portal electrónico que dirige en RCL (www.reportecatolico.com) se explica como “un mecanismo interactivo, un medio dinámico y efectivo de comunicación entre los católicos” que fija “las posiciones que como laicos sostenemos ante los distintos retos que se presentan en el constante compartir la experiencia de la fe en Cristo”.
Son tiempos difíciles para la Iglesia en Venezuela, y por la importancia que tiene este país en el Cono Sur, así como por su hondo catolicismo arraigado entre su gente, Aleteia entrevistó a Macky Arenas sobre el tema de la JMJ en Río de Janeiro y las posibilidades de la juventud venezolana de dar un salto cualitativo quizá por la influencia del primer Papa latinoamericano: el Papa Francisco.
—
¿Cómo se está difundiendo en Venezuela la JMJ de Río? ¿El régimen de Maduro le está dando buen trato a la Iglesia católica en este ámbito?
De manera muy deficiente. Van grupos numerosos de jóvenes que se organizan a través de movimientos eclesiales, como siempre, pero información específica y suficiente no la hay. De hecho, el gran público, que no tiene acceso a las redes sociales católicas, ni siquiera está pendiente del evento. La Iglesia institucional hace esfuerzos, pero no hay campañas como en el caso de otros países. En cuanto al gobierno, no se involucra ni pienso que tenga intenciones de hacerlo. En los medios en general hay una notoria ausencia de notas sobre la JMJ, pero no puede ser atribuido al gobierno.
¿Qué problemas consideras que son los más importantes por los que atraviesan los jóvenes en Venezuela?
El problema fundamental de los jóvenes en este momento es la falta de acceso a la educación y la precaria oferta de empleo. Todo esto tiene que ver con el marcado proceso de deterioro económico y social del país. De ello se deriva una gran frustración y un desencanto que motiva la emigración juvenil fuera de Venezuela en busca de oportunidades de estudio, trabajo y progreso personal y familiar. Quizá la mayor consecuencia sea un peligroso desarraigo al sentir a la patria extraña y ajena. Es triste constatar que los jóvenes no sienten que su futuro tenga respaldo alguno en nuestro presente.
¿Ha minado el catolicismo el tiempo del régimen de Chávez y ahora el de Maduro?
Al contrario. Como suele ocurrir en tiempos de incertidumbre y desconsuelo, el venezolano se aferra a su fe como una manera de reencontrarse con sus propias posibilidades y potencialidades para vencer la adversidad y seguir adelante. En el lleno de las iglesias y el surgimiento de nuevas iniciativas parroquiales se observa esta tendencia. Al igual en la indiscutible mayor presencia de católicos venezolanos en las redes sociales. Hoy, el venezolano reza más que nunca. Se vuelve hacia a la Virgen -somos un país muy mariano- más de lo que nunca lo hizo.
¿Qué bastión de esperanza ves en el Papa Francisco para con los jóvenes de Venezuela?
Una firme referencia. El Papa Francisco ha calado, como parece ser en el mundo entero, muy hondamente en nuestra juventud. Constantemente hay comentarios favorables y, como muestra, diré que me sorprendió hace poco uno – conocido por su nula militancia religiosa- cuando me dijo: “Oyendo a este Papa, ¡provoca ser católico!”