El nuevo Patriarca de Lisboa participó en el encuentro de responsables religiosos con los líderes comunitariosEl nuevo Patriarca de Lisboa, monseñor Manuel Clemente, afirmó el jueves 30 de mayo en Bruselas que el respeto al Cristianismo y a otras religiones es fundamental para la defensa de la ciudadanía en Europa y la identidad “plural” del continente.
“La coexistencia democrática y plural sale fortalecida en una Europa a la que todos pertenecen, sin la desvalorización del lugar de cada uno, sea una persona o un grupo religioso o sociocultural. En esto reside un “espíritu” europeo que es importante reforzar, para beneficio de los antiguos y nuevos habitantes del continente”, declaró el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, en un encuentro de casi 20 responsables religiosos con los presidentes de la Comisión Europea, Durão Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
La reunión anual de alto nivel tuvo como tema “Colocar a los ciudadanos en el corazón de Europa en tiempo de cambio” y se asoció al Año Europeo de los ciudadanos que se señala en 2013.
Don Manuel Clemente recalcó que Europa es “una comunidad humana pluralista y admite una gran diversidad desde el punto de vista religioso y social”, pero recordó que es “innegable” la importancia del Cristianismo.
“La fundación cristiana de Europa tal y como la conocemos, nos dejó una característica fundamental, tan innovadora que sólo gradualmente prevaleció entre los propios cristianos: la distinción entre los campos político y religioso”, ratificó.
Según el prelado, especialista en Historia, este principio “da libertad al Estado y libertad a la creencia religiosa, al mismo tiempo que reconoce el orden específico de cada uno y la deseable colaboración mutua en todo lo que diga respecto al servicio de la dignidad de los ciudadanos, creyentes o no”.
Durão Barroso, a su vez, dijo que ante la crisis se ha venido sintiendo cada vez más la necesidad de los “valores de la solidaridad y la equidad”.
“La crisis sigue en conjunto con el resurgimiento de los antiguos temores que sabíamos que existían en la Europa del pasado y que pueden, efectivamente, regresar en cualquier momento”, observó el presidente de la Comisión Europea, para quien es necesaria una vigilancia sobre estas tendencias, “incluyendo todas las formas de discriminación”.
“Estoy profundamente convencido de que tanto los que encuentran en la religión la fuente de los valores humanos como los que ven esos valores surgir de fuentes no confesionales tienen una contribución esencial que dar”, concluyó.
El diálogo entre las instituciones comunitarias y los responsables religiosos está consagrado en el Tratado de Lisboa.
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