Este fin de semana, el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) llegaron a un primer acuerdo de paz sobre el complejo tema agrario. La distribución de las tierras, los programas de desarrollo, planes de educación y seguridad alimentaria centraron este primer diálogo celebrado en La Habana.
El primer punto del acuerdo permitiría a los campesinos acceder a las tierras, al riego, crédito, asistencia técnica y posibilidades de comercialización. El segundo, es el establecimiento de programas especiales de desarrollo con un enfoque territorial en los lugares más necesitados.
Por otro lado, el tercero, consistiría en establecer en todo el país planes de educación, salud, riego, agua potable, vivienda y protección social. Y por último, se habló de la seguridad alimentaria y nutricional de la población. El acuerdo, consiste en llevar una mayor producción de alimentos y una mejor nutrición, en especial, a favor de los más pobres.
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) se ha alegrado por este diálogo de paz. Según un comunicado del 27 de mayo, los obispos desean que finalice el conflicto armado que actualmente reina en el país. "Como Iglesia veríamos un gesto sumamente importante que se entreguen todas las armas” y que las FARC “puedan alcanzar sus metas a través de los canales democráticos”.
También esperan que “se dé un acompañamiento especial a las víctimas” que han sufrido directamente las consecuencias del conflicto (que ya dura casi 50 años) y que el acuerdo “priorice y tutele los derechos y legítimos intereses de las familias campesinas".