El presidente del Partido Popular Europeo en el Consejo de Europa felicita a los franceses que están saliendo a las calles para oponerse al “matrimonio homosexual”“Su presencia diaria en las plazas públicas con las velas encendidas, su silencio de reflexión y oración son el sonido más resonante que pueden hacer al Gobierno francés, un silencio que puede mover montañas y prejuicios ideológicos en toda Francia y Europa”. Así se dirige el presidente del Partido Popular Europeo en el Consejo de Europa Luca Volonté en una carta a los franceses que están saliendo a las calles de las ciudades para protestar contra el llamado “matrimonio homosexual”.
La misiva comienza constatando que “en los últimos meses, desde el Reino Unido hasta Irlanda, desde Bélgica hasta Holanda, muchos creyentes y no creyentes, cristianos, musulmanes y laicos han salido a las calles con coraje para protestar contra las leyes y políticas de los Gobiernos que quieren cambiar la sociedad y la naturaleza humana”.
“En los últimos meses, parece ser políticamente incorrecto afirmar la simple verdad de los hechos, la verdad de la vida humana, la verdad de todas los siglos, la dignidad de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, verdad de la familia fundada en el amor de un padre y una madre, la libertad religiosa para decir las propias convicciones en público”, continúa. Y añade: “Ustedes han sido capaces de hacerlo, con espontaneidad y espíritu pacífico, como un signo de verdad en la sociedad francesa”.
El representante italiano valora que esos miles de manifestantes “han enfrentado con valentía, audacia, perseverancia y determinación esta barbarie moderna que desearía llamar progreso a lo que es simplemente un retorno a los días más oscuros de la decadencia de toda la historia”.
“Ustedes no están solos –asegura en su carta-, deben saber que desde siempre y por siempre habrá hombres y mujeres que con ustedes y como ustedes tendrán el coraje de vivir públicamente en la verdad y se opondrán firmemente a las decisiones injustas del poder provisional de no importa qué mayoría”.
Y se refiere al caso español, destacando: “Esto es lo que sucedió en España con el régimen de Zapatero, que quería "cambiar la sociedad, para hacerla feliz”. Un sueño de las peores ideologías del pasado. La política y los políticos deben servir al pueblo y no aplicar al pueblo una teoría que ellos mismos construyen o que deriva de grupos de presión y comerciantes sin escrúpulos. Servir al pueblo y gobernar para el bien del pueblo es diferente a querer cambiar a través de una ley la naturaleza y la familia humana”.
“Ustedes son un ejemplo brillante de un pueblo que se rebela contra las leyes injustas: nada más natural, nada más valiente y profético”, escribe.
Volonté señala que “hay un gran movimiento – reducido al silencio por los medios de comunicación europeos -: es el valor de la fe y de la razón de millones de ciudadanos europeos, niños, jóvenes, esposos y esposas, profesionales y obreros, comerciantes y profesores que se movilizan, de diferentes formas, para hacer valer sus razones, su tradición, el deseo de ser conforme a la naturaleza”.
“Sí, somos inconformistas, y con esta sencilla y profunda convicción, somos el obstáculo más problemático del poder ideológico”, exclama, identificándose con ellos.
“Desde Escandinavia hasta Hungría, desde Polonia hasta el Reino Unido, desde los Países Bajos hasta Bulgaria, un pueblo laico y cristiano, judío y musulmán se levanta para defender sus convicciones y afirmar su dignidad. ¡Ustedes no están solos, les digo con fuerza!”, prosigue la misiva.
Volonté denuncia que “defender los derechos de los niños, pero no defender su primer derecho de vivir en una familia con un padre y una madre es una trágica paradoja en la que han caído muchos políticos, lejos de la realidad de la vida”.
“¿De qué derechos hablan si ni siquiera no son capaces de defender el primer derecho de los niños?”, se pregunta.
Y apunta a la policía a los medios de comunicación, al interrogar: “Por qué hoy, en esta Europa civilizada, imágenes de violencia sin precedentes, contra niños, padres, jóvenes y sacerdotes en Francia no se emiten en las televisiones públicas y privadas?”
Para Volonté, “el verdadero problema no es el anticlericalismo generalizado, la masonería: el verdadero problema es la libertad de prensa y la honestidad de la profesión del periodismo en Europa”.
“Tenemos que respetar los derechos humanos en nuestra casa antes de pedir respeto a otros países –advierte-. ¿Dónde estaban las organizaciones como "Save the Children" cuando los policías echaban gases lacrimógenos contra los niños en las calles de París?”.
Volonté se refiere también a la mujer, al afirmar: “Hablamos mucho sobre la promoción de la mujer y la lucha contra la violencia hacia la mujer, pero no se explica la violencia del comercio de óvulos o la utilización de las mujeres como incubadoras para dar a luz niños que serán dados en adopción a parejas del mismo sexo”.
“¿No es esta una violencia contra las mujeres? ¿Dónde está la coherencia de la defensa de la mujer en todo esto? –plantea-. ¿Por qué las feministas de Francia no se pronuncian sobre esta futura barbarie que se prepara para las mujeres francesas?”.
El político muestra su compromiso de lealtad a los “estimados amigos de la "Manifestación para todos”, con quien dice compartir su lucha, y afirma: “Se necesitará coraje, perseverancia y tiempo para ganar esta batalla de civilización. La unidad y la sincera amistad serán las únicas compañías en los momentos difíciles frente al futuro. Sepan que no estarán solos”.
“Se necesitará una lucha de cambio que ustedes ya han comenzado –prosigue-. Convertirse en verdaderos hombres significa entrar en una lucha cotidiana contra la mentira que nos rodea por todas partes. En esta lucha, ya ganada pero todavía no terminada, es necesario que jamás les falte la esperanza que hoy vemos en sus ojos”.