Entrevista al sustituto del Secretario de EstadoEl 13 de abril se hizo pública la noticia de que el Papa Francisco había constituido un grupo de ocho cardenales para que lo aconsejasen en el gobierno de la Iglesia universal y para estudiar un proyecto de revisión de la Constitución apostólica Pastor bonus sobre la curia romana. La decisión ha creado mucha expectación dando lugar a nuevas especulaciones. De este ha hablado en una entrevista a nuestro periódico, arzobispo Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado.
Sobre la reforma de la Curia se han escuchado muchas voces: equilibrios de poder, moderadores, coordinadores, “superministerios de la economía”, revoluciones…
En efecto, es un poco extraño: el Papa no se ha reunido nunca con el grupo de consejeros que ha elegido y ya le llueven los consejos… Después de haber hablado con el Santo Padre, puedo decir que, en este momento es totalmente prematuro avanzar alguna hipótesis sobre el futuro próximo de la Curia. El Papa Francisco está escuchando a todos, pero en primer lugar escuchará a quienes ha escogido como consejeros. Después se preparará un proyecto de reforma de la Pastor Bonus, que obviamente seguirá un recorrido.
Se ha hablado mucho del IOR, el Instituto para las Obras de Religión; alguno se ha apresurado a aventurar una eliminación del mismo…
El Papa se ha sorprendido al ver que le atribuían frases que nunca ha pronunciado y que tergiversan su forma de pensar. La única cosa que dijo en una breve homilía en Santa Marta, improvisando, es que la esencia de la Iglesia consiste en una historia de amor entre Dios y los hombres, y que las distintas estructuras humanas, entre las que mencionó el IOR, son menos importantes. La mención fue una pequeña broma, ya que estaban en la Misa algunos trabajadores del Instituto, y se hizo en el contexto de una seria invitación a no perder nunca de vista la esencialidad de la Iglesia.
Se debe prever que no sea inminente una restructuración de la actual conformación de los dicasterios?
No sé prever los tiempos. El Papa nos ha pedido a nosotros, los responsables de los dicasterios, que continuemos con nuestro servicio, pero no ha confirmado a ninguno en su cargo. Lo mismo se ha hecho con los miembros de las Congregaciones y de los Consejos Pontificios: el ciclo normal de confirmaciones o nombramientos se verifican al terminar los mandatos de cinco años, y está por ahora suspendido, todos continúan en sus funciones “hasta nuevo aviso” (donec aliter provideatur). Esto indica la voluntad del Santo Padre de tomar el tiempo necesario para reflexionar –y para rezar, no nos olvidemos- para tener una visión detallada de la situación.
A propósito del grupo de consejeros, alguno ha llegado a decir que una elección de este tipo pondría en discusión la primacía del Papa…
Se trata de un órgano consultivo, no con poder de decisión, y no veo cómo la elección del Papa Francisco pueda poner en tela de juicio su primacía. Es verdad que se trata de un gesto de gran importancia, que quiere mostrar de forma precisa la forma en la que el Papa quiere llevar a cabo su ministerio. Sin embargo, no debemos olvidar cuál es el primer deber que se le ha adjudicado a este grupo de ocho cardenales: asistir al Pontífice en el gobierno de la Iglesia Universal. No quisiera que la curiosidad sobre los bienes y las instalaciones de la Curia Romana relegase el sentido profundo del gesto realizado por el Papa Francisco.
Pero ¿la expresión “aconsejar” no es demasiado indefinida?
Al contrario, aconsejar es una acción importante, que en la Iglesia se ha definido teológicamente y se expresa en todos los niveles. Piénsese, por ejemplo, en los organismo de participación en las diócesis y en las parroquias, o en los consejos de los superiores, provinciales y generales, en los Institutos de vida consagrada. La función de aconsejar se interpreta en clave teológica: en una óptica mundana diríamos que un consejo sin poder deliberativo es irrelevante, pero esto sería comparar a la Iglesia con una empresa.
Sin embargo, teológicamente aconsejar tiene una función de absoluta relevancia: ayudar al superior en la obra de discernimiento, en el comprender qué es lo que el Espíritu pide a la Iglesia en un preciso momento histórico. Sin este punto de vista, por lo demás, no se entendería nada, mucho menos el significado auténtico de la acción de gobierno en la Iglesia.
¿Qué piensa de su colaboración con el Papa Francisco?
Pude colaborar de forma cercana con el Papa Benedicto, y ahora sigo realizando mi servicio con el Papa Francisco. Naturalmente, cada uno de ellos tiene su propia personalidad, su propio estilo, y me siento muy privilegiado por este estrecho contacto con dos hombres enteramente dedicados al bien de toda la Iglesia, desentendiéndose de sí mismos, inmersos en Dios y con una única pasión: hacer conocer la belleza del Evangelio a las mujeres y hombres de Dios.