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Están saqueando y matando sólo a los no musulmanes

soldados centroafricanos

© AFP / HO / FDPC

Soldados del Central African People's Democratic Front (FDPC), en Biti (RCA)

Aleteia Team - publicado el 10/04/13

Testimonio personal del Padre Jean-Claude Nzembele sobre los últimos acontecimientos en la República Centroafricana

Ofrecemos la traducción al español de este duro testimonio del padre Jean-Claude Nzembele, que ha sido publicado originalmente en el perfil de Facebook del CICS de la Universidad Gregoriana de Roma

Volví hace poco de la República Centroafricana, donde toda la población ha vivido con profundo terror el avance de la rebelión Seleka (que significa “Alianza” en lengua sango) hacia la capital Bangui y el golpe de estado que se produjo con la ocupación del palacio presidencial.

¿Cuándo comenzó esta rebelión?

Hace siete años que se habla de grupos rebeldes en la parte norte de la República Centroafricana, pero nunca pensamos que pudiesen llegar hasta Bangui, capital del país. Estos grupos han acusado siempre, y especialmente, al presidente Bozizé de olvidarse de la parte norte del país y de concentrar todo el poder sobre sí mismo.

En diciembre supimos que todos los rebeldes, junto con los opositores de distintos partidos políticos, se unieron con la intención de legar a Bangui y hacerse con el poder.

Cuando solo les faltaban 75 km para llegar a la capital, algunos países de África pidieron un diálogo entre el presidente y todos los demás para evitar un derramamiento de sangre, sobre todo en la capital.

Se tomaron acuerdos y algunos rebeldes asumieron puestos en el gobierno del país mientras que los hombres armados permanecían inamovibles en las posiciones conquistadas.

Se eligió como primer ministro a uno de la oposición y el ministro de defensa se autoproclamó presidente el domingo 24 de marzo, siendo el jefe de la rebelión Seleka.

Una amarga sorpresa

En el avance de los rebeldes, toda la población centroafricana se quedó sorprendida al descubrir que muchos de los rebeldes no eran centroafricanos sino del Chad y de Sudán, con pocos centroafricanos que se unieron a ellos en el camino a Bangui. A lo largo del camino en todas las ciudades conquistadas atacaban a las misiones católicas quitándoles todo, empezando por los coches y siguiendo por todo lo que podían vender. En las mismas ciudades, a los musulmanes no se les tocaba, ni a ellos ni a sus bienes. Era desconcertante ver como todos los no musulmanes eran saqueados y poco después encontraban sus propios bienes vendidos por sus propios vecinos musulmanes, a la luz del sol. Este comportamiento dejará, seguramente, heridas profundas en la sociedad centroafricana.

Las misiones católicas son las que más han sufrido. Coches robados, misiones quemadas, profanaciones, las instalaciones ocupadas por los rebeldes

El testimonio de los obispos, de las religiosas y de los religiosos son desgarradores: obispos y sacerdotes golpeados y maltratados, monjas expulsadas sin nada de sus propios conventos. En algunas ciudades conquistadas por los rebeldes, las oficinas municipales fueron quemadas completamente. Intentamos denunciar esta situación ya sea a la comunidad nacional que a la internacional, pero nuestro grito, junto al de nuestros obispos, ha sido un grito en el desierto que nadie ha escuchado. Nadie ha escuchado nada, nadie ha visto nada pero la población de Centroáfrica y las misiones católicas están de rodillas.

Entrada de los rebeldes en Bangui

El domingo de Ramos, a las 10:30, los rebeldes entraron en Bangui y fueron directamente al palacio presidencial abandonado poco antes por el presidente Bozizé, que pretendió luchar de alguna manera para preservar su poder. Subió al helicóptero cuando los rebeldes estaban a menos de 10 km del palacio, huyendo hacia la República Democrática del Congo.

Las autoridades del Congo no lo quisieron aceptar y voló hacia Camerún.
Mientras tanto, un gran grupo de rebeldes se detuvo ante la catedral, donde se estaba celebrando la Santa Misa. A la salida, los fieles encontraron a los “liberadores” de Seleka que les esperaban. El que tenía coche se vio obligado a entregar las llaves, otros sus motos, bicicletas y el dinero que llevaban encima. Este fue el primer acto de la rebelión Seleka en Bangui. Le sucedió saqueos de tiendas, oficinas y viviendas. Los primeros en comenzar con los saqueos fueron los rebeldes, luego les imitaron algunos jóvenes sin trabajo que pensaron en aprovechar al máximo esta especie de maná que ofrecía Seleka

A partir del sábado 23 de marzo comenzamos a escuchar disparos porque los rebeldes estaban a menos de 15 km de Bangui. A medida que pasaba el tiempo, los sonidos de los disparos se hacían más intensos y más cercanos a nosotros. Muchos fueron asesinados intencionada y accidentalmente. Muchas personas han relatado escenas en las que los rebeldes mataban a personas y enseguida hacían desaparecer sus cuerpos. Esto puede justificar la afirmación de los jefes de la rebelión que decían no haber matado a nadie sino que sólo habían encontrado 78 cuerpos en las calles de Bangui.

Al explotar la rebelión en Bangui, se decía que muchos rebeldes musulmanes habían asesinado a todos los hombres y los jóvenes. Esta información creó el pánico en la ciudad y muchos se fueron hacia los pueblos que podían alcanzar caminando o atravesaban el río Mpoko para resguardarse. La gente se embarcaba en piraguas y muchos murieron ahogados en el río. ¿quién sabe el número? La mirada espantada de quienes han visto estas escenas nos deja con muchos interrogantes

No son pocos los que, durante dos días, se fueron a dormir al bosque, huyendo de noche; ha habido accidentes de todos los tipos, algunos resultaron heridos y otros han muerto. ¿quién sabrá el número total de muertos? También porque no todos aparecían en el registro.

La llegada de los rebeldes ha supuesto un momento de terror, sobre todo para la gente más pobre. Muchos todavía no han vuelto por miedo a los rebeldes… no obstante la invitación del nuevo jefe de estado para hacerles volver.

Con la llegada de los rebeldes que saqueaban, otros ladrones han aprovechado la ocasión para visitar las viviendas. Ya no se distinguen a los rebeldes de los ladrones, todos hacen lo mismo, con lo que el terror es aún mayor.
Con una frase dicha en la radio, el nuevo presidente se ha excusado “con las familias que han perdido a un pariente”, definiendo estas muertes como “efectos colaterales” de la lucha de la liberación.

El mismo presidente ha tenido la gloria de anunciar que es musulmán y que Centroáfrica se convertirá en un estado laico. Pero desde el inicio de la rebelión hasta hoy, no hemos visto su reacción a las injusticias que sus “soldados” musulmanes han realizado sobre las misiones y a los no musulmanes. Todo normal.

Cinco visitas de los rebeldes Seleka a la misión de Bimbo

Entraron a las 10:30 a Bangui y nosotros recibimos su primera visita a las 15:00. Llegaron cuatro, subidos en el techo de un coche. Los guiaron a la misión tres jóvenes que, según el testimonio de personas, eran musulmanes del barrio. Los rebeldes fueron dirigidos directamente al depósito. Pensaban encontrar los coches porque sabían que en la misión teníamos jeeps. Abrieron el almacén y comenzaron a cargar su coche con todo lo que querían. Uno de ellos vino a la casa comunitaria a pedirnos las llaves de nuestros coches, una vez las tuvieron, cargaron también esos coches y se fueron.

El mismo día llegaron otros que también buscaban los coches, pero ya nos los habían quitado. Al día siguiente volvieron, buscando siempre lo mismo, aunque ya les habíamos dicho que no teníamos nada. Gracias a Dios no han insistido ni disparado al aire para asustarnos. No entraron en casa como hicieron en otros sitios. Esto gracias, seguramente, a las oraciones de tantos amigos que nos han sostenido.

Después se presentaron para que se les atendiera en el hospital: la primera vez el padre Dominique les hizo pagar y pagaron pero la segunda vez que vinieron se pusieron nerviosos cuando se les dijo que no teníamos el carburante que necesitamos para encender el generados que hace funcionar el aparato de rayos; tampoco estaba el técnico que lo hacía funcionar.

No sabemos todavía donde están nuestros 1200 niños. Seguramente algunos huyeron con sus padres de Bangui, y esperamos que vuelvan pronto a la vida normal de la misión; otros se habrán perdido entre las multitudes de refugiados y tememos que alguno haya sufrido algún accidente durante los dos grandes momentos de pánico que han sacudido la ciudad.

Nuestro oración cotidiana es por ellos, por nuestros niños, para que vuelvan a una vida normal y no sean víctimas de la perversa maldad humana.
Al hospital he visto llegar gente con heridas espantosas pero, por desgracia, desde que la rebelión entró en Bangui, tampoco el personal podía moverse de sus propias casas por miedo.

Los que llegaban al trabajo el domingo por la mañana eran obligados a trabajar durante tres días hasta que no se tenían en pie. El golpe de gracia lo tuvieron cuando un grupo de rebeldes obligó a uno de ellos a acompañarlos a casa del técnico de radiología para obligarle a volver a su puesto de trabajo. El pobre pasó tanto miedo que todo el personal, cuando se fueron los rebeldes, escapó obligándonos a cerrar el hospital.

También cortaron el suministro de agua porque nadie quería ponerse en un lugar tan expuesto para servir a la gente… que por otro lado había huido.

Conclusión

Hasta la fecha nuestra misión está despoblada. Pocos son los que tímidamente comienzan a volver y a retomar sus actividades. En este momento la República Centroafricana no tiene hospitales, ni medicinas, ni escuelas, ni instalaciones que no hayan sido saqueadas.

Bozizé llegó al poder con un golpe de estado, realizado por sus propio interés y por el de su familia y ya no está más.
Ahora tenemos a otro que ha tomado el poder y que lo quiere mantener durante tres años, antes de organizar elecciones “libres” donde uno ya se puede imaginar quien ganará. Con su llegada el país ha retrocedido veinte años, teniendo en cuenta todo lo que han destruido. Primero tendrá que pagar a los rebeldes y reforzarse en el poder antes de comenzar a gobernar. Podría suceder que antes de que empiece a administrar, llegue otro que, mediante las armas y las promesas de hacerlo mejor, consiga hacerse con el poder. ¿Y los pobres? ¿Quién piensa en el sufrimiento de estas personas que desde la pobreza llegan a una situación peor que no se ni definir? ¿Dónde está la comunidad internacional? ¿Qué hace la misión de las Naciones Unidas en la República Centroafricana? ¿Por qué todos los medios de comunicación no denuncian esta situación que está condenada al silencio?

En esta historia he aprendido a conocer mejora a gente muy especial, que estando en los rincones más perdidos del planeta se ha negado a dejar a los pobres para volver a la seguridad de Europa o de otro sitio, a la que lo ha perdido todo y está lista para comenzar de nuevo… con tal de dar alivio a los pobres: los misioneros católicos.

Se me contactó directamente, por dar un servicio a la vida religiosa del país, a través de algunos ministerios de exteriores de países europeos que querían repatriar a sus compatriotas misioneros. Estas son las respuestas que me dieron cuando estábamos bajo el fuego de las armas:
-¿Qué me quieren repatriar? ¿Y mis hermanas? ¿y esta pobre gente? Yo no me voy.
– ¿Bromeas? Si nos vamos de aquí significará la destrucción total de esta población.
– ¿Qué hago yo en Italia? Si quieren que vengan a salvar a todos los que mueren a manos de los rebeldes.
– ¿Están locos? ¿No ven que debemos ocuparnos de los niños que no tiene a nadie?
– Pedimos ayuda u nadie reacciona y ahora ¿nos quieren sacar de aquí? Nos quedamos.
– Si quieren sacarnos de aquí que se lleven a nuestras hermanas de las demás nacionalidades. Si no nos quedamos a morir con ellas.

Esta es una raza de gente que está loca, loca con Cristo que aceptó morir en la Cruz por la humanidad.

Espero que surjan rebeliones numerosas de quienes están dispuestos a dar la vida por los demás y no de los que están dispuestos a quitarla y a robar para enriquecerse. ¡Qué Cristo reine siempre!

P. Jean-Claude Nzembele

P.S.
En Bangui necesitamos de todo. Quien quiera ayudar que use nuestras cuentas corrientes de siempre o me contacten directamente.

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