¿Por qué has venido a vernos? Francisco: Para que me ayudéis a ser más humilde

Joven recluso: Gracias Padre por haber venido hoy. Pero yo quiero saber una cosa: ¿Por qué has venido hoy aquí a la Casa del Marmo? Basta, sólo eso

Papa Francisco: Es un sentimiento que ha venido del corazón, he sentido eso. Donde están aquellos que quizás me ayuden más a ser humilde, a ser servidor como debe serlo un obispo. Y yo pensé, yo pregunté: “¿Dónde están aquellos a los que les gustaría una visita?” y me dijeron: “Casal del Marmo, quizás”. Y cuando me lo dijeron, vine aquí. Pero sólo ha venido del corazón. Las cosas del corazón no tienen explicación, vienen solas. ¡Gracias, eh!

Ahora me despido. Muchas gracias. Rezad por mi y no os dejéis robar la esperanza. ¡Siempre adelante! ¡Muchas gracias!

Este breve diálogo entre el Papa Francisco y uno de los jóvenes reclusos en el reformatorio romano Casal del Marmo, donde ayer se celebró la Misa “in coena Domini”, ha sido recogido por el blog oficioso de Radio Vaticano, “Il Sismógrafo”. No pudo retransmitirse la Misa por televisión al tratarse de menores de edad.

Ofrecemos también la breve homilía, que el Papa Francisco improvisó, y que ha sido publicada hoy por la Sala de Prensa vaticana:

Esto es conmovedor. Jesús que lava los pies a sus discípulos. Pedro no entendía nada, rechazaba. Pero Jesús le explicó. ¡Jesús – Dios – hizo esto! Y Él mismo explica a los discípulos: “¿Entendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis el Maestro y el Señor, y decís bien, porque lo soy. Si pues yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. Os he dado un ejemplo, para que también vosotros hagáis lo mismo” (Jn 13,12-15). Es el ejemplo del Señor: Él es el más importante y lava los pies, para que entre nosotros, el que es más alto deba estar al servicio de los demás. Y éste es un símbolo, es un signo, ¿no? Lavar los pies es: “yo estoy a tu servicio ". Y también nosotros, entre nosotros, no es que tengamos que lavarnos los pies todos los días unos a otros, sino ¿qué significa esto? Que debemos ayudarnos, unos a otros. A veces me enfado con uno, con la otra… pero… déjalo estar, déjalo estar, y si te pide un favor, házselo. Ayudarnos unos a otros: esto nos enseña Jesús y esto es lo que yo hago, y lo hago de corazón, porque es mi deber. Como sacerdote y como obispo debo estar a vuestro servicio. Pero es un deber que me viene del corazón. lo amo. Amo esto y quiero hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñado. Pero también vosotros ayudaos: ayudaos siempre. Uno a otro. Y así, ayudándonos, nos haremos el bien. Ahora haremos esta ceremonia de lavarnos los pies y pensemos, que cada uno de nosotros piense: “¿Yo de verdad estoy dispuesta, estoy dispuesto a servir, a ayudar al otro?". Pensemos sólo esto. Y pensemos que este signo es una caricia de Jesús, que hace Jesús, porque Jesús ha venido precisamente para esto: para servir, para ayudarnos.