Miles de personas esperaban con emoción en la Plaza de San Pedro
Todas las previsiones se han cumplido. La primera votación de los cardenales reunidos en el cónclave comenzado este martes no ha reunido los dos tercios de los votos necesarios para la elección del Papa. Y la fumata ha sido negra, mucho más negra que nunca.
Se trata de un resultado esperado, y que había sido vaticinado a los periodistas por el mismo padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede. De hecho, en el cónclave precedente, que fue muy rápido fueron necesarias cuatro votaciones.
El cónclave había comenzado a las 16.30, cuando los 115 cardenales entraron en la Capilla Sixtina. Tras invocar la iluminación del Espíritu Santo, y el juramento, el maestro de Ceremonias Pontificias, monseñor Guido Marini, pronunció el “extra omnes”, “todos afuera”. A partir de ese momento, sólo los cardenales electores permanecieron ante los frescos de Miguel Ángel, con la excepción del cardenal Prosper Grech, de Malta, quien les dirigió una meditación para recordarles el servicio eminentemente espiritual del Obispo de Roma.
A continuación tuvo lugar el primer voto de un cónclave que, según muchos de los analistas, podría ser algo más largo que el precedente.
Desafiando la lluvia, la gente, defendiéndose con paraguas, comenzó a llenar la plaza de San Pedro, en la que ya había caído la noche. Cuando finalmente comenzó a salir el humo de la chimenea, un gran aplauso creó emoción entre los presentes. Pero duró poco, pues era humo negro, más negro que nunca. El Vaticano, en esta ocasión, ha sabido encontrar la fórmula técnica para que este medio de comunicación de los cardenales con el resto del mundo sea claro.